2. UNA NUEVA TRIPULANTE - Parte 4

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—Nunca lo habría imaginado —reconoció Capitán Escarlata con su ojo sano parpadeando de asombro—. ¡Entonces, demuéstranos qué cosas es capaz de hacer! —añadió con entusiasmo.

Celesteris asintió con una sonrisa traviesa.

—No os decepcionará, capitán. Se trata de una maravilla de la tecnología.

Los marineros del barco pirata no conocían la palabra «tecnología», pero no lo preguntaron e hicieron como que sabían de lo que hablaba el hada. Se agruparon alrededor, curiosos por lo que estaba a punto de ocurrir. Parrot empezó a graznar con fuerza y se posó en la barandilla para observar con atención a la nueva tripulante y su demostración.

El hada Celesteris era algo bajita. Tenía aspecto de ser lista y valiente, con una cara muy graciosa y llenita de pecas. Su cabello era rizado y voluminoso, de un tono rojo brillante y con una corona decorada con estrellas doradas. Llevaba un corpiño ajustado con mangas abullonadas de seda. La falda era amplia, con un efecto de volumen que le daba un aire impresionante y misterioso. En su mano derecha sostenía una varita plateada adornada con pequeñas piedras brillantes.

Tras un largo silencio, el hada miró la punta de su varita; sin pensárselo dos veces, la dirigió hacia el androide exclamando:

—¡La clave es ROBOT!

De repente, aquel objeto metálico empezó a hacer ruidos extraños y empezaron a salir muchísimas luces de sus botones como si de un caleidoscopio se tratara.

—¡Hola! Me llamo «Sirox». Estoy listo para funcionar —anunció el robot con una voz clara y resonante.

RÓQUISTAL. La increíble historia de un hada, un pirata y un robot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora