6. LA TORTUGA PARLANCHINA - Parte 4

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—Además —explicó con un tono espeluznante—, tendréis que pasar por la oscura cueva de Buferaptio, una criatura gigante y temible con un solo ojo que devora todo a su paso sin piedad. Cuando la maldición cayó sobre esta isla, una semilla extraña germinó y dio lugar al nacimiento de Buferaptio. Desde entonces, su misión es vigilar desde su oscura cueva la entrada al valle donde se encuentra La Fuente de los Tres Manantiales. Es un verdadero monstruo —afirmó la tortuga, con tristeza en su rostro—. Buferaptio, no solo custodia la entrada al valle, sino que también merodea la playa persiguiéndonos sin tregua, pues su plato preferido es... ¡la sopa de tortuga! Antes del desastre, las tortugas en esta isla éramos una gran familia. Disfrutábamos de la paz y tranquilidad que nos brindaba nuestro hogar en la playa. Pero ahora, todo ha cambiado. Buferaptio ha destruido nuestras casas y vivimos escondidas entre los palmerales para evitar ser capturadas, siempre alerta, esperando el próximo ataque.

En ese momento, Tartuca, como si ya no pudiera soportar el dolor acumulado, derramó una lágrima que rodó por su arrugada mejilla. Aquella escena conmovió profundamente a Celesteris, quien acarició la amplia y rugosa cabeza con ternura.

—Lo siento mucho, amiga tortuga. Haremos todo lo posible para proteger a tu pueblo. Iremos a la gruta de Buferaptio y lo derrotaremos —aseguró el hada con decisión—. Nunca más amenazará a nadie.

La tortuga, aún con lágrimas en los ojos, agradeció con un gesto solemne. Luego, con un suspiro, continuó hablando:

—Desde que existe esa bestia, el valle está cerrado para siempre, y lo que una vez fue un santuario para criaturas mágicas, ahora se ha convertido en su prisión. Allí viven unicornios, guardianes antiguos de este lugar, y miles de mariposas que parecen de otro mundo llenando el cielo de colores. Buferaptio se ha vuelto su carcelero.

De repente, la tierra tembló profundamente y se oyó un rugido aterrador.

—¡Es Buferaptio! —gritó Tartuca asustada—. ¡Huid, huid, vuestras vidas están en peligro! —Se escondió rápidamente dentro de su caparazón. Sirox lo golpeó con los nudillos, y le habló:

—Tartuca, es mejor que salgas y te vayas lo más lejos posible. Aquí corres demasiado peligro, y Buferaptio te puede encontrar. No dejes que el miedo te paralice.

Pero Tartuca tenía tanto miedo que no respondió, no dijo una palabra más.

—¡Vamos, escondámosla detrás de esas dunas! Parece un lugar más seguro. Rápido, no podemos dejar que Buferaptio la encuentre —ordenó Capitán Escarlata. Juntos, con gran esfuerzo, se llevaron a la pesada tortuga y la cubrieron de arena para esconderla.

—¿Ahora qué hacemos? —preguntó Sirox.

—Tenemos que encontrar a Buferaptio y seguirlo hasta su guarida —respondió Celesteris.

Mientras se alejaban de las dunas, escucharon una voz que los detuvo en seco. Era Tartuca, que había salido de su caparazón y les gritaba desde lejos:

—¡BUSCAD AL UNICORNIO NEGRO PARA QUE OS AYUDE A ENCONTRAR EL CAMINO! ¡SOLO ÉL SABE CÓMO LLEGAR AL TEMPLO DE RÓQUISTAL!

RÓQUISTAL. La increíble historia de un hada, un pirata y un robot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora