9. EL UNICORNIO NEGRO - Parte 1

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El Unicornio Negro era increíblemente majestuoso y poderoso. Su pelaje, de un negro tan profundo como una noche sin estrellas, brillaba sutilmente bajo la luz parpadeante de las antorchas que lo rodeaban. De su cabeza sobresalía un cuerno largo y dorado, en forma de espiral perfecta. Pero lo que más impactaba eran sus ojos: de un azul intenso, parecían mirar más allá, leyendo los pensamientos más ocultos de cualquiera que se atreviera a sostenerle la mirada. Las patas del unicornio estaban cubiertas de poderosos músculos, tensos bajo su piel reluciente. Era fuerte y veloz, pero pese a toda su fuerza, la elegancia y la gracia innata de cada uno de sus movimientos añadían una sensación aún más mágica al momento que estaban presenciando.

Celesteris no podía apartar la vista de él. A pesar de que el Unicornio Negro resultaba sobrecogedor, el hada sintió una extraña atracción.

Algo en su interior le decía que debía hacer algo para ayudarlo. Sin pensarlo dos veces, como impulsada por una fuerza que no podía comprender, extendió su mano, y sus delicados dedos acariciaron el suave pelaje del unicornio. La sensación era indescriptible. Al instante, el Unicornio Negro dejó escapar un suspiro profundo, cerró los ojos y se calmó.

—Hola, mi nombre es «Celesteris» —saludó el hada con dulzura—. ¿Y tú cómo te llamas?

El unicornio inclinó su cuerno dorado con elegancia y abrió los ojos lentamente para mirarla.

—Mi nombre es «Noctis» —respondió con voz grave y melodiosa.

Desde la sombra, Capitán Escarlata observaba la escena con incredulidad. Rascándose la barba en un gesto automático, arqueó una ceja:

—¿Es que todos los animales de esta isla hablan? —Su voz rompió el silencio reverente que se había formado alrededor del unicornio y el hada.

Noctis, alzando su cabeza hacia el capitán, explicó tristemente:

—Fui capturado por el monstruo llamado Buferaptio. Desde que nació, esa bestia tenía la tarea de vigilar la entrada al Valle de las Mariposas. Pero Buferaptio... —La voz de Noctis se quebró un momento—. Buferaptio ha destruido la pared que separaba su guarida del valle. Ahora, la magia que protegía este lugar está en peligro. Hasta ahora, nunca había podido acceder allí.

—Creo que todo esto es culpa nuestra —reconoció el hada, apenada, con su voz teñida de remordimiento.

Sirox, que había permanecido en silencio hasta ese momento, asintió con gravedad, comprendiendo que habían atraído al temido monstruo.

—Por eso los unicornios blancos huyeron al sentir el peligro —dijo tristemente con voz baja—. Corrían desesperados, intentando escapar de Buferaptio.

Noctis asintió lentamente.

—Así es —se lamentó Noctis—. Y ahora que ha entrado en el Valle de las Mariposas, no se detendrá. Nos perseguirá a todos, sin descanso. Su fuerza es inmensa gracias a la monstruosa planta que cuida delicadamente. Creció a partir de una de sus malditas semillas. Esa planta... —susurró, cerrando los ojos—. Es su vínculo con este mundo y su fuente de poder.

Capitán Escarlata frunció el ceño, su mente girando a toda velocidad.

—¡No hay tiempo que perder! —exclamó el pirata. Luego Noctis podría contarles todo lo que había pasado—. ¡Sirox, ve a lo alto de la valla y abre esa cerradura! ¡Debemos liberar al unicornio antes de que sea demasiado tarde!

RÓQUISTAL. La increíble historia de un hada, un pirata y un robot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora