1. UN TESORO INESPERADO - Parte 7

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Así pasó que el capitán aceptó la oferta de la joven y decidió quedarse. La habitación del castillo tenía techos altos y amplias ventanas que daban vista a los jardines. Había una gran cama con un dosel y sábanas con bellos bordados. En un rincón, la chimenea calentaba el aposento, mientras su luz hacía danzar las sombras en las paredes. La habitación era asombrosa, pero... ¿de verdad pensáis que el capitán se iba a quedar allí quieto, contemplando el dormitorio? Capitán Escarlata comenzó a explorar el recinto en busca de cualquier pista que pudiera llevarlo a un tesoro escondido.

Mientras revisaba los cajones con la intención de encontrar algo valioso, un suave chirrido de la madera vieja le recordó que estaba en un lugar lleno de misterios. Notó que había una puerta secreta detrás de un enorme espejo y no pudo resistir la tentación de saber qué se escondía al otro lado. La abrió con cuidado y halló un pasadizo oscuro que llevaba a un calabozo.

Avanzó con cautela por el pasillo estrecho, iluminado solo por una antorcha que llevaba consigo. El pasadizo se enfriaba cada vez más a medida que avanzaba, y el aire olía a humedad y a peligro latente.

Al final del pasadizo, encontró una pesada puerta de madera cuyas barras de hierro estaban corroídas por el tiempo. Para su sorpresa, dentro del calabozo encontró un objeto que destellaba débilmente bajo la luz parpadeante de la antorcha: un robot, algo desconocido para él, ya que jamás había visto nada semejante. El cuerpo de aquella máquina estaba hecho de metal ligero, de color plata y azul. Su brazo izquierdo era fuerte y tenía algo parecido a un arma. «Quizás es una máquina de guerra», pensó el capitán mientras lo observaba. El robot parecía estar inmóvil y sin vida. Pero, de pronto, sus ojos brillantes lo miraron, y escuchó un susurro: «Introduce la clave: solo el inteligente, valiente y hecho de metal es el tesoro que está en esta cueva letal». La verdad era que el capitán pirata no se destacaba por su habilidad en resolver acertijos, y tanto se frustró que sacó su espada gritando: «¡Qué tonterías estás diciendo!».

RÓQUISTAL. La increíble historia de un hada, un pirata y un robot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora