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Desde unas cuantas pruebas físicas con Trece, tuve la oportunidad de que me evaluaran de nuevo para considerar mi solicitud de translado, Trece me pidió explicaciones sobre mi rendimiento en el exámen de admisión.

Decidí decir la verdad y tuve que comerme un sermón. Que honestamente me merecía. Aunque evité la parte en la que mi papá no quería que me convirtiera en heroína.

A todo esto, Trece me dió el gusto bueno sólo si tenía buenos resultados en el festival y me advirtió que Midnight me estaría observando. Explicó que esta misma sería la encargada de darme unas cuantas clases para estar a la par de el departamento principal de primer año y decidirian a qué aula ponerme una vez que termine la semana de exámenes.

Hoy era el festival deportivo. Consistía en tres facetas. La primera ya la había pasado. Consistió en un circuito con obstáculos en los que se nos permitió usar nuestros dones.

Logré clasificar y mantener un buen ritmo durante toda la carrera. Al principio corrí pacientemente mientras observaba lo que ocurría más adelante, hasta que aparecieron las máquinas del exámen de admisión que no valían ningún punto.

Una persona con don de hielo se apresuró y congeló a una de estas. Mientras esperaba que algunos cuantos tomaran la delantera, hice múltiples copias de mis zapatos. Quizás hacer copias de otras personas no me sería muy útil. Si eran lo suficientemente rápidos y las destruían, dependiendo el material que utilice, no sería capaz de cambiar lugar con ellas. Por lo que los zapatos me eran más útiles. Pues podría lanzarlos a la distancia que desease, todos los ignorarian y yo podría avanzar unos cuantos metros evitando ciertos obstáculos.

Quizás me vi muy idiota corriendo durante todo el circuito con tres pares de zapatos, pero da igual. Fue muy efectivo.

A una distancia considerable, el camino había sido congelado, pude ver a Shinso sobre su tropa de manipulados y cambié de lugar con él. Acercándome al robot que había sido congelado, el pelimorado quedó en mi lugar junto con mi copia. De inmediato les ordenó a los estudiantes que ahora me cargaban a mi que me tiraran a un lado y fueran por él.

Tiré mi primer zapato y vi cómo voló sobre un par de robots, lo suficiente para que pasara el obstáculo y me diera tiempo para correr lejos de ellos. Ahora mismo sólo habían dos o tres personas frente a mi. Lancé otro zapato pero esta vez fue inútil, pues el tipo del discurso de "Les ganaré a todos" lo destruyó mientras se impulsaba con sus explosiones. Me tragué lo que quería gritarle y me resigné a tirar otro zapato. Él ya había avanzado tanto que iba a la par del primer puesto.

Para la segunda y tercera parte de obstáculos simplemente seguí tirando zapatos esquivando los obstáculos. Pude clasificar en el quinto lugar, justo debajo de una de las compañeras de Kendo.

Para sorpresa de nadie la segunda faceta del exámen consistía en una batalla de caballería. Al parecer en este la mierda de los puntos obtenidos en ese circuito eran importantes. Y los de la clase A encabezaban la lista.

Yo obtuve ciento noventa puntos, y entre yo, Kendo, Komori y Tokage sumabamos casi quinientos. Pues todas ellas quedaron bastante atrás.

—¿Tienes algo en mente?— Le pregunté a la pelirroja.

—Bueno, creo que nos conviene que tú vayas arriba y nosotras te carguemos. Yo iría al frente para la defensa.

—¿Tus hongos tienen límites?—Pregunte y Komori negó con la cabeza.

—Creo poder ponerlos en todos.

—Perfecto. Haremos lo siguiente...— Dijo Kendo.

La segunda parte comenzaba. Todos se avalanzaron al chico de pelo verde, quien tenía la cinta de mayor valor.

El plan de Kendo era sencillo. Komori ponía sus hongos en las espaldas de los primeros lugares o en algún punto ciego de sus equipos. Tokage dividiría una de sus manos para ir acumulando cintas de los grupos inferiores para asegurar una clasificación alta.

La última parte del plan la solicité yo. Pues, Shinso se acercó a mi y me pidió que estuviera en su equipo. Parecía que sabía algo y no podía preguntarle directamente porque me lavaria el cerebro. Por lo que me quedé callada y hice un gesto de "Continúa", para que me contara lo que tenía en mente. A lo que me dijo que escuchó el plan de un estudiante de la clase B que consistía en robar las cintas de los demás grupos, en vez de ir por la más alta. Luego negué con la cabeza y me despedí de él sacudiendo la mano. Entendió mis intenciones y me dedicó su dedo del medio.

Todo iba como Kendo lo planificó. Ella actuaba como defensa evitando que los grupos a los que Tokage ya les había quitado las cintas las recuperaran. Tokage logró tomar unas cuantas cintas con las que sumamos docientos puntos. Komori hizo crecer pequeños hongos en la espalda del primer y segundo lugar y unos en la nuca del tercero. Y yo me enfocaba en no perder los tres objetivos de mi vista.

Tokage tomó dos cintas más y perdimos una, que era la mía, la que tenía más valor. Pero aún estabamos de segundo lugar.

El tipo de pelo blanco y rojo hizo una pared de hielo quedando con el chico del primer lugar, acorralándolo. A lo que les avisé a las chicas que se acercaran con cautela y esperaran a que yo decidiera el mejor momento para ir por la cinta de diez millones. Mientras que no hice una puta mierda durante la primera mitad de la batalla me enfoqué en observar a los nueve grupos y sus dones. Por lo que ya sabía qué tipo de defensas y ataques tenían los dos equipos que estaban en la mira.

De un momento a otro, la cinta de diez millones había sido robada. Estaba concentrada esperando a que el tipo de pelo blanco y rojo bajara la guardia, cuando escuché un "¡Quítate, estorbo!", y el rubio más jodidamente entrometido voló hacía a mi. Sabía que me arrebataría alguna cinta y duplique todas ellas antes de que me las quitara.

Tomó dos, una real y otra de madera. Cambié rapidamente de posición con el hongo en su nuca, no sin antes duplicarlo con una piedra que cayó por su espalda. Me aferré a él y apreté su cintura con mis piernas. Antes de que reaccionara recuperé la única cinta real que me había quitado. Su cara se arrugó, yo contuve las ganas de reírme en su cara.

Kendo y las demás se habían apresurado a huir hasta el otro lado de la arena, para que luego de que yo cambiara de posición con el hongo en la espalda del ahora primer lugar, pudiera cambiar de lugar con la copia del hongo nuevamente y ganar distancia de los demás, regresando con mi equipo sin exponer las cintas en ningún momento. Sólo con mi don.

Una vez cambié de lugar hice lo mismo que con el chico rubio. Me sujeté a su espalda abrazando su cintura con mis piernas y tomé la cinta en su cuello. La habían cambiado. Terminé por tomar otra en su cuello, nada. Finalmente tomé la de su frente, solté las otras dos y cambié de lugar por tercera vez antes de que me electrocutaran viva.

Kendo de inmediato se puso a la defensa cuando vió al chico rubio venir hacia nosotras. Pero fue demasiado lento. Se había acabado el tiempo y terminamos de primer lugar. Se detuvo en seco y chasqueo la lengua. Murmuró algo para sus adentros que no escuché bien con la ovación del público.

Afloje el agarre de mis piernas y me bajé de los hombros de mis amigas. Kendo comenzó a saltar y a gritar, me estrujó en sus brazos. Me dió besos en toda la cara. No pude evitar contagiarme por su energía.

—¡Eres una idiota! ¿Por qué no hablaste de tu don antes?— Tokage me sermoneaba.

—Sólo di que les salvé el culo.

—Culo el que te pesa, para que lo sepas.— Dijo la pobre Komori que tuvo que soportar el peso de una persona que mide al menos diez centímetros más que ella. —Pero estuviste bien.

—Fue por su apoyo niñas, no me den el crédito a mi. Lo hicieron excelente.— Noté que lo que Trece dijo fue cierto. Midnight no se perdió ninguno de los movimientos de mi equipo.

BlondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora