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—Me pregunto cómo te las arreglaras para darme pelea. — Comencé a estirar en mi lado de la arena fingida, que en realidad eran kilómetros de hierba y una línea imaginaria que utilizábamos para iniciar los combates a sólo unos metros de distancia. —Esta zona abierta no es tu fuerte, ¿Cierto?

—No te confíes, te he puesto el ojo en tus otros entrenamientos.

El conjunto de miles de árboles se encontraba a unos cientos de metros de la cancha. Con un don como el de Sero, estar en una estructura con puntos en los que pueda pegar su cinta lo beneficia en combate.

—Ehh, tienes razón. ¿Estoy en desventaja?— Sero se encogió de hombros y me dedicó una sonrisa. —No me decepciones.

—Inicien de una jodida vez.— Aizawa perdió la paciencia.

Nos posicionamos y dimos el combate por iniciado. Esparci zapatos de madera desde el punto donde se encontraba mi cuerpo hasta treinta metros de distancia para tener acceso a diferentes puntos de ataque. Sero pateó los zapatos más cercanos a él para evitar un ataque rápido. Aproveché esos dos segundos y corrí hacia él.

Patee uno de los zapatos hacia su dirección cuando estuve a cinco metros de distancia de él. Antes de que el zapato impactara con el suelo yo detuve el impulso que había tomado mientras corría inclinando mi cuerpo hacia atrás, dándole la libertad a mis piernas de atacar. El zapato rebotó dos veces contra el piso mientras avanzaba a la posición actual de Sero.

Cuando llegué a la posición que quería cambié con el zapato antes de que hiciera impacto nuevamente y moví mi pierna derecha derribandolo al piso. Con mi otra pierna soportando parte de mi peso busqué estabilidad y rote mi cuerpo hacia la izquierda para no caer al suelo.

—No bajes la guardia conmigo.— Sero se incorporó de inmediato. Sacudí restos de tierra y pasto que se adhirieron a su traje en la espalda. El cuerpo de Sero se retorció como si le hubieran dado escalofríos.

De vuelta a mi posición, preparé mi segundo ataque. Sero cometió el error de volver a permitir que yo hiciera el primer movimiento por segunda ocasión. Duplique los zapatos en su misma posición, sólo que a metros sobre nuestras cabezas. Las copias cayeron y Sero me atrapó con su cinta lanzándome a un costado al ver que repetiría la patada que le di a Bakugo en mi práctica pasada.

Continuamos entrenando en un juego de predecir y esquivar. Aizawa de vez en cuando hacía comentarios y sugerencias mientras me estudiaba. Cuando ya teníamos treinta minutos entrenando Sero predijo la copia exacta con la que cambiaría, atrapandola en su cinta y atrayendola hacia su cuerpo. Cuando se trataba de reaccionar rápido tratándose de mi don, era lenta. No porque mi cambio sea lento, en realidad ocurre en un instante. Pero porque no puedo anular el cambio a último momento de realizarlo. Técnicamente sí puedo, pero la predicción es mi perdición. Aizawa comentó eso anteriormente. Terminó atrayéndome hacia él con su cinta y me mostró su sonrisa más coqueta.

—Pensé que sólo actuabas así cuando estabas ebrio.— Comenté.

—¿E-eh?— El rostro de Sero se horrorizó al recibir mis palabras. Alcé mi pierna derecha y lo patee. Antes de que su cinta que aún me aprisionaba me tirara al suelo, cambié con la única copia que sobrevivió a cuando Sero las lanzó fuera de mi rango. Sin la suficiente velocidad porque aún así caí al suelo con el ángulo en el que se encontraba mi cuerpo antes del cambio.

—¿No te dije que no bajaras la guardia?— Me acerqué a él extendiendole la mano.

—Lo hiciste a propósito.

—No precisamente.

—Estoy harto de ustedes. Ya se acabó tu primera hora. Puedes regresar a tus actividades, Sero.

—¿Tan rápido?— Me quejé.

—Necesitas lecciones individuales. No sólo prácticas.

—Bien,— Se refirió a Aizawa. —¿Quieres algo de tomar?— Se acercó a mi, me enseñó la palma de su mano derecha y chocamos nuestras manos.

—No. Pero te debo una soda.— Comencé a rebuscar en los múltiples bolsillos de mi traje.

—Déjalo así.— Y Sero cruzó toda la zona amplia hasta entrar al edificio.

Aizawa me hizo duplicar diferentes objetos que trajo. Primero con objetos pequeños para conocer el límite en tamaño. El objeto más pequeño que pude copiar fue un anillo, que era el más pequeño que trajo consigo.

Quiso saber si podía copiar partes de mi cuerpo que pudiera desprender, como mis uñas o un cabello. A lo que dije que no, ya lo había intentado antes. Quizás podía copiar objetos más pequeños que los que me entregó de prueba, pero no puedo detallar a la perfección el cuerpo humano. De todas formas no me aconsejó utilizar copias tan pequeñas durante batalla, sino en contextos más estratégicos.

Luego me pidió que tratara de copiar un material distinto, el vidrio. Los únicos materiales que copio con frecuencia son la madera y la piedra, que son materiales naturales. En cambio, los procesados eran un dolor de cabeza. Habían materiales naturales que no podía imitar, como la arena, el agua y el fuego. Al menos no mientras no tengan una forma sólida. Por lo que, el hielo y el vidrio sí podía utilizarlos, pues consistían en ese mismo con alteraciones o en su estado sólido. Dominar la producción de materiales se dificultaba en escala. Sí lograba tener control completo, podría imitar un objeto con mucha más similitud al original.

—Bien, eso es todo.— Yo jadeaba mientras yacía en la hierba, mi pecho subía y bajaba. Intentar producir objetos a los que mi resistencia aún no está acostumbrado me agotaba como la mierda. —Necesito que traigas a Bakugo contigo a la próxima evaluación.

—¿Disculpe? ¿ESE Bakugo?

—Por supuesto.¿De qué otra persona estaría hablando si no?

—Aizawa, no hay manera de que lo consiga.

—Profesor Aizawa para ti.

—Sí... Eso. ¿Por qué no le pregunta usted? Tiene un porcentaje de éxito más alto.

—Porque es TU evaluación. Sero no es un estudiante mediocre, pero no te presiona lo suficiente. Tus habilidades y las suyas están en el mismo nivel. No porque ambos tengan buenas o malas habilidades, pero porque ambos atacan a distancia. De por sí, sus habilidades no están hechas para atacar y pelear de frente. En cambio, Bakugo y tú pueden contrarrestar al otro.— Aizawa se ato el cabello y por un momento me sentí identificada con las asalta tumbas. —Además, necesito una buena evaluación en menos de doce días para emparejar mis conocimientos sobre ti con los de mis demás estudiantes. De eso trata la evaluación. Todos tus compañeros tienen tres meses de ventaja, de vuelta en el departamento de estudios generales los dones si quiera son utilizados y por ello no cuento con registro de tu habilidad. Mucho menos del exámen, en el que hiciste prácticamente nada, que te pone en una situación más complicada. Así de simple.

—Entiend...—Me interrumpió.

—Si quieres regresar al departamento de estudios generales adelante. Presioné a todos mis estudiantes por igual al inicio del año, no mereces que sea suave sólo porque estás atrasada. Da tu mejor esfuerzo.— La última oración se suponía que debía sonar alentadora, pero su tono de voz sonaba muy desafiante. Posteriormente de su largo monólogo se marchó.

En las palabras de Aizawa sólo había razón. Mi intención seguía siendo la misma, estar a la par de sus mejores estudiantes y mejorar o superar su ritmo de progreso.

Me quedé en el pasto pensando en cómo mierda me acercaría a Bakugo para invitarlo a que fuera mi pareja durante más de una semana sin fallar en el intento.

Me resigné a humillarme si era necesario, pues las palabras de Aizawa eran la ley. Me levanté y me acerqué a la máquina expendedora cerca de un almacén donde mantenían todo el material y suplementos de entrenamientos de la UA. Compré dos sodas y me dirigí al edificio donde ahora mismo todo el mundo debería de encontrarse en la cafetería para entregarle una de ellas a Sero.

Me acabo de terminar los 140 capítulos del manga que me quedaban en menos de 16 horas y tengo los ojos hinchados de tanto llorar lol lmao

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