—¿De verdad era tan complicado para ti pedirle ayuda?
—Algo.— Respondí cabizbaja.
—¿Y cuál es el jodido contexto de esa última nota? Lo que insinúas es biológicamente imposible. A menos que fuera al revés. Por lo que supongo que ese no es el caso. Y ni siquiera debo mencionar sus caligrafías.
—Sólo trataba de convencerlo.
—Que gran manera de pedirlo.
—¿De qué van ustedes dos?— Bakugo perdía la fachada despreocupada.
—¿Tan siquiera le explicaste?
—¡No quiere escucharme!
—Bien. Escúchame, Bakugo. Tu don es bueno, tienes potencial. Pero tu desempeño y actitud dan mucho que desear. Tu compañera requiere de un buen rival que la ponga a prueba, así podré evaluarla y comprobar que está a la par de todos ustedes.
—¿Y qué mierda gano yo? Pierdo mi tiempo. Además de horas de clases. ¿Cuál es mi beneficio?
—Te hace falta la técnica que ella tiene. Así de sencillo. No todo es ganar o ganar, perder también es una opción. Ambos se contrarrestan bien, te conviene que practiquen juntos por esta última semana y unos cuantos días más.
—Estás mal, viejo. No hay manera que acepte.
—Tú y tu actitud son lo único que te retienen de progresar.— Aizawa comenzó a guardar sus cosas en su escritorio. Bakugo se quedó callado mientras miraba al suelo, tomó su bolso y se retiró serenamente detrás de Aizawa.
...
Llegué a mi departamento extrañamente vacío. Usualmente mi padre esperaría por mi en la sala a la misma hora. Revisé mi celular y tenía un mensaje de él donde decía que lo llamaron por una entrevista de trabajo.
Me acerqué a la cocina. Mi papá me había dejado la cena en un sartén, adherido a la nevera con un imán decorativo de Snoopy había un papelito que decía: "En el horno hay brownies :)".
Cuando terminé de cenar me servi un trozo de brownie en un plato que llevé conmigo a mi cuarto. Me quité los zapatos y abrí la puerta para lanzarlos de una patada debajo de mi cama. Desbloquee mi celular en la necesidad de comer viendo tiktoks con un gameplay de Subway Surfers y un clip de Padre de familia, pero una notificación llamó mi atención.
Al día siguiente tomé el bus de siempre que me dejaba a sólo unos minutos caminando de la UA. La avenida estaba saturada de autos y se formó un pequeño tráfico para cruzar en diagonal a un desvío. Cuando me acerqué a una esquina de la calle reconocí el auto negro de cierta persona. Bakugo tenía los vidrios abajo y podía ver su mano afuera recostada en el marco de la ventana.
—Oye.— Bakugo brincó en su asiento de un respingo.
—¿Puedes dejar de acosarme?— La ventana comenzó a subir lentamente.
—¡Eh! ¡Espera! ¿Puedes escucharme una última vez?— El vidrio polarizado no me dejaba ver hacia dentro. Me quedé parada frente a su auto y simplemente esperé. El transito no daba señales de avanzar.
Estudiantes de la UA pasaban con constancia por las calles. Cada cuanto alguien que conocía me saludaba al cruzarse conmigo. Jiro y Mina pasaron a mi lado.
—¡Hola cielito!— Mina se acercó a mi con un abrazo que yo correspondí. —¿A quién esperas?
—A Kendo. ¿Cómo están?— Mentí.
—Yo increíble.
—A mi me duele la espalda como la mierda.— Jiro parecía irritada.
—¿Quieres que cargue tu bolso?
—No.— Aún así Mina deslizó el bolso de Jiro descolgandolo de sus hombros con gentileza y se lo puso de costado.
—Mina, sé que estamos en junio y tal, pero te estás poniendo muy cómoda.
—Descuida, es así en todos los meses del año.— Mina sonrió. Jiro movió sus hombros en círculos relajando la tensión en ellos y caminó en dirección a la única calle que te dirigía a la academía.
—Bueno, te dejo.— Cuando Mina estaba a sólo unos cuantos metros de mi, Bakugo abrió la puerta de los asientos traseros. Giré mi torso y me asomé.
—Sube.
—¿Ehhh? ¿Por qué el cambio repentino?
—¿Tienes algo que decir o no? No quiero que me vean contigo.
—¿Quién mierda te hizo creer que eras una celebridad?
—Trae tu culo de una buena vez.
—¿Ok? Si tanto insistes...— Me subí para acto seguido cerrar la puerta. Su pierna derecha subía y bajaba ansiosa.
—¿Y?
—No te vayas a enojar. ¿Sí?
—Por Dios sólo dilo.
—No respondiste mi pregunta de antes. ¿Por qué me tratas como si no fuera tu igual?
—¿Porque cada vez que te respondo mi cerebro está un porcentaje más cerca de sufrir un derrame?
—Hablo en serio.
—Realmente no tiene nada que ver contigo.
—¿Entonces por qué no aceptaste? ¿Si no soy lo suficientemente buena para que nos enfrentemos por qué rechazarias?
—No me apetece ayudar a una pesada de mierda.
—¿No oíste a Aizawa? Tengo un don increíble que uso inteligentemente. No como tú. Te conviene practicar conmigo.— Me permití ser arrogante a propósito.
—Puedo mejorar por mi propia cuenta.— El semáforo se tornó verde y poco a poco el tráfico se fue disolviendo.
—¿Qué quieres que haga?
—¿Disculpa?
—Te necesito. Necesito que me ayudes esta vez. ¿Tengo que hacer algo para convencerte?
—Sí. Asegúrate de cortarte la garganta y lo pensaré con detalle.
—Bakugo.— Él suspiró.
—¿Tan desesperada estás porque te aplaste contra el suelo?
—Primero llévame a cenar.— No dijo nada y el auto se puso en marcha. Desvío en una tienda de conveniencia significativamente lejos de la única calle que lleva a la UA. El auto se detuvo.
—Iré. Bájate de mi auto.
—¿No vas a darme un aventón?— Giró su torso a mi dirección, estiró su mano derecha para alcanzar la puerta a mi costado para luego abrir la manilla. En ese simple movimiento sus hombros se volvieron más grandes al forzar esa posición. No tenía la chaqueta del uniforme encima. Abrió la puerta y volvió a su posición de antes. Tragué saliva.
—Bájate.
—Como tú digas.— Sonreí.
ESTÁS LEYENDO
Blonde
Romance«If I could see through walls, I could see you're faking. If you could see my thoughts, you would see our faces.» Ivy - Frank Ocean (From Blonde, 2016) ... -Más que amigos, algo peor que amantes. AU do...