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—Oye, oye...— Kendo se acercó a mi gentilmente. Con esa postura cuando alguien se acerca a ti algo encorvado y agachando la cabeza para que sientas que empatizan contigo. Cuando se acercaba no pude ver la expresión que tenía a causa de mi visión obstruida por mis lágrimas. Me abrazó. Mis ojos se fundieron en su pecho derritiéndose en el agua salada que salía de mis ojos, hacía que me pesaran.

Mis dedos se aferraron a su uniforme en la necesidad de que alguien me sostuviera y confortara. Kendo me acercó a su cuerpo apretándome con sus brazos. Una de sus manos se perdió en el grosor de mi cabello y comenzó a hacerme caricias. Me separé de ella por la vergüenza de utilizar a alguien para descargar mis propias necesidades patéticas.

—Disculpa.— Sequé mis lágrimas con ambas manos sólo para que no pudiera ver mi rostro. Apartó mi largo cabello de mi cara. Era un desastre.

—¿Quieres meterte en problemas hoy?— De vez en cuando nos saltábamos clases en la azotea, o solamente merodeando por ahí. Pero negué con la cabeza.

—No quiero faltar hoy. Pero gracias

—Habla conmigo. Sabes que puedes hacerlo.— Entendió que lo único que buscaba en ese momento era una oportunidad para soltarlo y continuar como si nada. Kendo me tomó por mis brazos y ocultó su cabeza en mi pecho. La abracé nuevamente.

...

—Los edificios están disponibles.— Escuché hojas golpear una superficie de madera al otro lado de la puerta. Supe que era Aizawa acomodando documentos o calificaciones de golpes a su escritorio.—Si vuelven a hacer esa mierda prometo que los regreso a todos a sus casas y que se las arreglen por su cuenta si van villanos a extorsionarlos bajo el mismo techo donde sus madres duermen.— Sequé mi rostro una y otra vez, incluso si ya no estaba llorando. Entré con cuidado de no hacer ruido.

—Buenos días.— Me vi obligada a saludar porque nadie pasó por alto cuando entré al salón.

—Ah, tú. ¿Por qué estás aquí tan tarde? Siéntate.

—Disculpe. Estoy algo enferma.— Me acerqué a Aizawa y puse la hoja que Recovery me entregó en su escritorio. Él la leyó y tomó asiento. Su rostro se relajó, que no era nada bueno a comparación de su usual semblante serio. Me miró mientras la leía y yo ignoré por completo el ambiente.

—Bien...— Dijo luego de suspirar su última bocanada de aire. 

...

Miraba participar a los demás en las actividades de Allmight desde unas gradas. Mi pierna y herida me estorbaban como la mierda, lo único que me apetecía era arrancar lo que estuviera mal conmigo y desecharlo.

Nunca antes había visto a Bakugo ser emparejado con Midoriya durante prácticas. Pero desde que noté el progreso constante del chico de cabellos verdes me di cuenta que iban muy a la par y cobró sentido.

La fuerza abismal de Midoriya por fin tenía riendas. No dominada por completo, pero aún así era escalofriantemente bueno a diferencia del festival.

Me frustre nuevamente al encontrarme pensando en el progreso de los demás, cayendo en cuenta que quizás me quede atascada. Dejé caer todo el peso de mi cara en mis manos. Hurgue mis ojos tratando de deshacerme de algo que no estaba ahí.

Cuando abrí mis ojos nuevamente, muy borroso y no tan lejos pude notar desde el rabillo de mi ojo a una figura pequeñita agitar una de sus manos a mi dirección. Sero corrió hacia a mi con una botella de agua en su mano. Subió cada uno de los escalones de las gradas hasta llegar en el que yo me encontraba. Se sentó a mi lado, tomó agua y dejó escapar un gemido de satisfacción al sentir el agua fría refrescar su garganta. Me miró unos segundos. Yo evité hacer contacto visual directo.

—¿Ya estás mejor?

—Sí.— Sonreí. Sero me miró sin estar completamente convencido.

—Ten.— Me extendió una pequeña bolsa de plástico.

—¿Una galleta de la fortuna?

—Abrela. Quiero ver lo que dice.

Rompí la bolsa y saqué la galleta. La rompí a la mitad y se deshizo en trozos. Desplegue el papel que venía dentro y lo leí en voz alta.

—Eres genial porque... ¿Aún estás de pie?

—¿La galleta te lo preguntó?

—Ah... No, es que es raro. ¿Quién pondría eso en una galleta?

—Pues alguien creyó que sería una buena frase para animar a quien lo leyese.— Bufé por la nariz.

—Esto es ridículo. ¿Lo haz hecho tú?

—¿Eh? Claro que no.— Él sonrío.

—Ni siquiera puedo permanecer de pie. No me parece muy genial.— Quise decir para mis adentros, pero terminé diciéndolo entre dientes.

—¿Disculpa?— Sero quizo escucharlo de nuevo.

—No es nada.

Continué mirando a los demás entrenar fingiendo que no me gustaría estar ahí. Y Sero continuó mirándome a mi, fingiendo que no le gustaría que yo lo mirase a él.

Allmight gritó algo. Midoriya respondió y  la pelea inició de nuevo. Bakugo era increíble leyendo los movimientos de los demás entre más se enfrentaban, pero la manera en la que lo predecía era mucho más asombrosa a lo que había visto antes. Era la primera vez que los veía pelear el uno con el otro.

—¿Sabes? Tienes muchos lunares.— Giré a ver a Sero. Tenía sus brazos sobre sus rodillas y su cabeza sobre sus brazos, reposando en ellos de lado para verme mejor.

—Me lo dicen mucho.— Dejé de prestarle atención a la pelea.

—¿Y te han dicho que hacen forma de triángulo?

—¿Ah?

Se incorporó en su asiento y se acercó a mi. Puso su dedo en mi mejilla, específicamente en un punto entre mi nariz y mi oreja izquierda. Lo deslizó hacía abajo trazando el primer lado del triángulo y hizo lo mismo unas dos veces más hasta cerrar la forma de triángulo con los otros dos lunares en mi mejilla. Él me sonrió y devolví el gesto.

Se alejó un poco con sus orejas encendidas y yo volví a fijarme en la dirección donde mis ojos miraban con atención hace unos momentos. Sin querer se encontraron con los de Bakugo, que me quemaron con potencia. Apartó la mirada con fastidio.

Gracias por apoyarme 🫶 las vustas siguen subiendo me siento como kimberly en su roast mas mas mas cad dia sumamos más o cómo era no se chao

Btw perdón por cambiar el título y portada, es que de por sí estaba inspirada en una canción de Solange, pero vi que la historia iba más para frank ocean coded

ESCUCHEN LA PLAYLIST MIENTRAS LEEN ESTÁ EN EL PRIMER CAPÍTULO GRRRRRR

BlondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora