¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba editando unas fotos para mi clase de edición, hasta que la puerta de la habitación se abrió.
— Asha —habló Sunghoon, asomándose por la puerta.
— Dime —respondí, a la vez que dejaba de mirar la pantalla.
— ¿Quieres ir a patinar sobre hielo? —dijo rascando su nuca.
— ¿A esta hora? Son casi las 12 de la noche —exclamé viendo la hora—. Pero está bien, solo déjame que me cambie de ropa y vamos.
— Genial, ¡te espero afuera! —respondió Sunghoon con una sonrisa antes de retirarse de la habitación.
Rápidamente guardé mis cosas y me dirigí hacia mi armario para cambiarme de ropa. Después de unos minutos, salí de la habitación.
— ¡Ni-Ki! Le dices a Jungwon que salí con Hoon —avisé hacia el menor, quien estaba jugando a la play.
— Claro, yo le digo —respondió sin siquiera mirarme.
Tomé mi celular y salí del departamento, en donde estaba Sunghoon esperándome.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Hace mucho que no patinaba —murmuró Asha, mientras patinaba lentamente por la pista.
— Si... pasó mucho tiempo —respondió Sunghoon en voz baja.
— ¿Qué sucede, Hoon? ¿Por qué me pediste venir a patinar a esta hora? —preguntó la pelinegra mirándolo de lado.
— Yo... yo ya no se que hacer para olvidarme de ti, Asha —confesó el chico, mirando al suelo blanco de la pista. Asha detuvo su paso y se giró a verla—. Se que estás casada con Jungwon y que lo amas más que a nada en este mundo pero... no logro sacarte de mi mente.
— Sunghoon, ya hemos hablado de esto...
— Ya lo sé, Dasha —respondió—. Se que lo hemos hablado, un millón de veces pero es imposible olvidarte. Olvidar lo que una vez tuvimos.
