Capítulo 8

108 10 0
                                    

Con el apoyo de Hades y los seres del Inframundo, Hermes continuó su proceso de recuperación con renovado ánimo y determinación. A medida que los días pasaban, su fuerza y vitalidad volvían gradualmente, alimentadas por el amor y la solidaridad de aquellos que lo rodeaban.

Aprovechando este tiempo de reposo, Hermes reflexionó sobre su pasado en el Olimpo. Recordó los días en los que se veía obligado a trabajar sin descanso, sin tiempo para alimentarse ni para cuidar de sí mismo. Se dio cuenta de que había sacrificado su propia salud y bienestar para satisfacer las demandas de los dioses olímpicos, quienes nunca valoraron verdaderamente su labor.

Sin embargo, en el Inframundo, experimentó una camaradería y apoyo que nunca antes había sentido. Caronte, las Furias y Cerbero lo cuidaban con devoción, asegurándose de que descansara y se alimentara adecuadamente. Se sintió agradecido por su bondad y comprensión, y prometió no olvidar nunca su lealtad inquebrantable.

Mientras Hermes se fortalecía cada día, también lo hacía su determinación de proteger a su hijo por nacer y de mantener el equilibrio en los reinos divinos. Con el apoyo de Hades y los seres del Inframundo, estaba decidido a enfrentar cualquier desafío que se presentara y a asegurar un futuro seguro y próspero para todos los habitantes de los reinos.

Con cada paso que daba hacia su recuperación, Hermes se sentía más seguro de que, juntos, podrían superar cualquier obstáculo y construir un mundo donde el amor, la solidaridad y la justicia reinasen por encima de la arrogancia y la indiferencia.

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora