Capítulo 37

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Los días iban pasando y Hades y Hermes se pudieran trasladar a su habitación donde Hermes seguria recibiendo cuidados 

Un día, Hades se levantó temprano, con el cuidado de no despertar a Hermes, y se deslizó suavemente fuera de la cama, observó a su amado esposo dormir pacíficamente por un momento, asegurándose de que estuviera bien antes de dirigirse hacia los curanderos para discutir una cuestión importante y después de una breve conversación con los curanderos, Hades regresó al dormitorio con una silla de ruedas, con una sonrisa tranquila, despertó a Hermes, quien se sorprendió al ver la silla. Hades explicó que los curanderos habían determinado que Hermes estaba lo suficientemente estable para moverse, pero que aún no podía caminar.

Con cuidado y ternura, Hades levantó a Hermes en sus brazos al estilo nupcial y lo colocó suavemente en la silla de ruedas y Hermes saludó alegremente a los seres del Inframundo, jugando con Cerbero y compartiendo sonrisas con Caronte y las furias.

Después de saludar a todos, Hades notó que Hermes parecía cansado, con preocupación, lo llevó de regreso al dormitorio y lo acostó suavemente en la cama, colocándolo sobre su pecho y rodeándolo con sus brazos protectores.

Hermes, agradecido por el cuidado de Hades, lo besó suavemente en los labios, expresando con ternura cuánto lo amaba, con el consuelo y el amor de su esposo a su lado, se dejó llevar por el sueño, sintiéndose seguro y amado en los brazos de Hades. Hades pasó suavemente la mano por el cabello de Hermes, transmitiéndole tranquilidad y amor mientras él descansaba sobre su pecho. 

Cuando los curanderos entraron en la habitación, Hades les dio la bienvenida con una mirada tranquila, indicándoles con gestos cómo había ido todo, los curanderos asintieron en silencio, tomando nota de la condición de Hermes antes de monitorearlo cuidadosamente y luego retirarse para darles privacidad.

Hades se quedó un momento más, observando con cariño a su amado mientras dormía, pasó su mano sobre el vientre de Hermes, donde descansaba su futuro hijo, sintiendo una oleada de amor y protección por su familia. Con un suspiro de contento, Hades se acomodó junto a Hermes, asegurándose de estar lo más cerca posible de él mientras ambos se sumían en un tranquilo sueño.

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora