Capítulo 26

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A la mañana siguiente, Hermes despertó lentamente entre los cálidos abrazos de Hades, la luz del sol se filtraba suavemente por las cortinas, bañando la habitación en una luz dorada y tranquila y al abrir los ojos, Hermes se encontró con la mirada amorosa de su esposo, que lo contemplaba con cariño.

"Hola, mi amor", susurró Hades con una sonrisa tierna. "¿Cómo has dormido?"

Hermes devolvió la sonrisa, sintiendo el amor y la seguridad que emanaban de los ojos de Hades. "He dormido muy bien, gracias a ti", respondió con gratitud. "Tener tus brazos alrededor de mí me hace sentir tan seguro y amado".

Los dos se quedaron un momento más en la cama, disfrutando de la calidez de su amor mutuo, sabían que tenían un día por delante lleno de responsabilidades y desafíos, pero por el momento, solo querían quedarse allí, juntos y en paz.

Después de un rato, decidió levantarse y comenzar el día, se vistieron lentamente, disfrutando de cada momento juntos y mientras desayunaban juntos, discutieron los planes para el día y las tareas que tenían por delante. 

Hades tenía que asistir obligatoriamente a una reunión en el Olimpo a la que Hermes había podido evitar ir y se iba a pasar el día cumpliendo sus deberes y cuidandose a si mismo y al Inframundo.

Cuando Hades regresó al Inframundo después de la reunión con los Olímpicos, estaba visiblemente alterado, la tensión se palpaba en el aire mientras se dirigía hacia donde Hermes estaba esperando, sin embargo, en lugar de recibirlo con el cariño habitual, Hades estalló en una discusión acalorada, lanzando palabras hirientes a Hermes en medio del calor del momento.

Hermes se sintió herido por las palabras de Hades, pero antes de que pudiera responder, un agudo dolor atravesó su vientre, doblándose en agonía su visión se volvió borrosa y todo parecía desvanecerse a su alrededor antes de que finalmente perdiera el conocimiento.

Al ver a Hermes desplomarse, el corazón de Hades se llenó de pánico y remordimiento, olvidando por completa la discusión, corrió hacia su amado esposo, temiendo lo peor para el bebé que llevaba en su vientre y con manos temblorosas, examinó a Hermes en busca de signos de vida, desesperado por asegurarse de que estaba bien.

"¡Hermes, despierta! ¡Por favor, despierta!", exclamó Hades con voz angustiada, sacudiendo suavemente a Hermes en un intento desesperado de revivirlo. "Por favor, dime que estás bien, por favor".

El corazón de Hades latía con fuerza mientras esperaba ansiosamente una señal de vida de Hermes y mientras tanto, en el Inframundo, el aire estaba cargado de preocupación mientras los seres que habitaban allí observaban con inquietud la escena que se desarrollaba ante ellos.

Hades sabía que había cometido un error al dejar que sus emociones se descontrolaran y causaran dolor a Hermes y ahora, lo único que le importaba era asegurarse de que Hermes y su hijo estuvieran a salvo, con el corazón en un puño, esperaba con la esperanza de que Hermes despertara pronto y que todo estuviera bien.

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora