Capítulo 33

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Zeus, al darse cuenta de que había pasado mucho tiempo desde que vio a su "juguetito" favorito, comenzó a sentir un vacío en su vida, extrañaba la diversión y la emoción que Hermes solía brindarle, incluso si eso significaba menospreciarlo y tratarlo como un objeto.

Los otros dioses olímpicos también empezaban a notar la ausencia de Hermes, aunque por razones diferentes ya que también extrañaban su presencia no solo porque no podían menospreciarlo, sino también porque sabían que Hermes solía ser una distracción perfecta para calmar los caprichos de Zeus. Sin embargo, no podían negar que también compartían la opinión de Zeus de que Hermes era, en el fondo, un inútil, y confiaban en que Zeus encontraría a alguien más "útil" con quien jugar.

Hera, por su parte, veía la ausencia de Hermes como una oportunidad para que su esposo prestara más atención a su matrimonio, con Hermes fuera del cuadro, tal vez Zeus finalmente se enfocaría en ella y en su relación, en lugar de buscar distracciones frívolas.

Zeus y los demás dioses olímpicos, en su búsqueda de entretenimiento y distracción, decidieron organizar una reunión para provocar a Hades y a los habitantes del Inframundo, a quienes despreciaban como monstruos y seres inferiores, con malicia en sus corazones, se prepararon para invadir el reino de Hades con el objetivo de causar discordia y caos.

Los dioses olímpicos se reunieron en el Olimpo, burlándose y riendo entre ellos mientras planeaban sus travesuras. Zeus lideraba el grupo con su arrogancia característica, ansioso por mostrar su poder sobre los "inferiores" y demostrar su superioridad una vez más.

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora