Capítulo 29

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El breve despertar de Hermes fue un rayo de esperanza para Hades, quien aprovechó el momento para sincerarse y disculparse con su amado esposo, con voz cargada de emociones, le contó todo lo ocurrido en la reunión con los Olímpicos, admitiendo sus propios errores y la parte de culpa que tenía en la discusión que los llevó a esta situación.

Hermes escuchó en silencio las palabras de Hades, sintiendo una mezcla de tristeza y comprensión, sabía que la culpa no era solo de Hades, sino también de los Olímpicos, quienes habían contribuido al estrés y la malnutrición que habían afectado su salud y con un suspiro resignado, le aseguró a Hades que lo amaba y que juntos superarían este desafío.

Sin embargo, la fragilidad de Hermes se hizo evidente cuando comenzó a convulsionar violentamente, su cuerpo sacudido por espasmos incontrolables, Hades entró en pánico al ver a su amado esposo en ese estado, gritando por ayuda mientras los curanderos acudían rápidamente a su lado.

Con habilidad divina, los curanderos trabajaron para estabilizar a Hermes, administrando tratamientos y conjuros para calmar las convulsiones, Hades observaba con impotencia, sintiendo el corazón apretado de angustia mientras rezaba en silencio por la salud y la vida de Hermes y su hijo por nacer.

Después de lo que pareció una eternidad, las convulsiones de Hermes finalmente cesaron, dejando su cuerpo tembloroso y agotado en la cama. Los curanderos continuaron monitoreándolo de cerca, asegurándose de que estuviera estable y recibiera el cuidado necesario para su recuperación.

Hades permaneció junto a Hermes en todo momento, sosteniendo su mano con firmeza mientras esperaba con ansias verlo despertar nuevamente. Sabía que el camino hacia la recuperación sería difícil y lleno de desafíos, pero estaba decidido a enfrentarlo con coraje y determinación, siempre con el amor por Hermes guiándolo en el camino.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, los párpados de Hermes comenzaron a parpadear, y sus ojos se abrieron lentamente, revelando una mirada débil pero llena de determinación.

"Hades...", murmuró Hermes con voz suave, su mirada buscando la de su esposo con anhelo. "Estoy... estoy aquí".

Hades le devolvió la mirada con gratitud y alivio, sintiendo un peso levantarse de sus hombros al ver a Hermes despierto y consciente una vez más.

"Estás aquí, mi amor", respondió Hades con voz suave, tomando la mano de Hermes con ternura. "Estoy tan agradecido de que estés de vuelta. Te he echado mucho de menos".

Hermes le dio una débil sonrisa, sintiendo un cálido torrente de amor y gratitud llenar su corazón aunque aún se sentía débil y vulnerable, saber que Hades estaba a su lado le daba una sensación de consuelo y seguridad que no había sentido en mucho tiempo.

Los curanderos continuaron su trabajo, monitoreando de cerca la condición de Hermes y asegurándose de que estuviera lo más cómodo posible y a medida que pasaba el tiempo, su respiración se estabilizaba lentamente y sus espasmos disminuían, indicando que estaba en el camino hacia la recuperación.

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora