Capítulo 25

47 5 0
                                    

Hermes, con el paso de los días, comenzó a notar los efectos del embarazo en su cuerpo y en sus emociones, su vientre crecía lentamente, grabándole constantemente la vida que crecía dentro de él y a medida que su cuerpo cambiaba, también lo hacían sus emociones, oscilando entre la alegría abrumadora de ser padre y la preocupación por el futuro.

Una tarde, mientras miraba al espejo, Hermes notó los cambios en su cuerpo, las curvas suaves que solían definir su figura ahora estaban marcadas por la disminución de su vientre, un recordatorio constante de la vida que llevaba dentro y a pesar de saber que este era un proceso natural y hermoso, Hermes no pudo evitar sentirse un poco inseguro con su apariencia cambiante.

Hades, al darse cuenta de la lucha interna de su esposo, se acercó a él con ternura y comprensión, tomó su mano con suavidad y lo miró a los ojos con amor.

"Hermes, sé que estos cambios pueden ser abrumadores", comenzó Hades con voz suave. "Pero quiero que sepas que te encuentro más hermoso que nunca. Tu fuerza y ​​tu valentía al llevar a nuestro hijo me llenan de admiración".

Hermes se acercó con gratitud, sintiendo el peso de las palabras de Hades aliviando su corazón y sabía que tenía un compañero amoroso y comprensivo a su lado, alguien que lo apoyaría en cada paso del camino.

"Gracias, Hades", dijo Hermes con una sonrisa temblorosa. "Es reconfortante saber que estás aquí para mí, incluso en mis momentos de inseguridad".

Los dos se abrazaron con ternura, compartieron un momento de intimidad y conexión que les recordaba la fuerza de su amor.

Hades y Hermes decidieron que se acostarían juntos antes de dormir y con el permiso de Hermes, Hades procedió con delicadeza y ternura a desvestirlo, cada gesto impregnado de amor y cuidado, con cada prenda que retiraba, Hades mostró su devoción por Hermes, asegurándole que su amor era incondicional y eterno.

Hermes se dejó llevar por la calidez y el cariño de los gestos de Hades, sintiendo cómo se disipaban sus preocupaciones y temores y se entrega por completo al amor de su esposo, permitiendo que su corazón se llene de paz y tranquilidad.

Cuando finalmente estuvieron desnudos el uno frente al otro, Hermes y Hades se abrazaron con fuerza, compartiendo un momento de intimidad y conexión que trascendía las palabras y en ese momento, no había dudas ni miedos, solo había amor puro y sincero.

Hades acarició con ternura la piel suave de Hermes, maravillándose ante la belleza y la perfección de su esposo, con cada roce, expresaba su amor y admiración por Hermes, asegurándole que siempre estaría ahí para él, en los buenos y en los malos momentos.

Al final, exhausto pero lleno de amor y gratitud, Hermes se acurrucó en los brazos de Hades, encontrando consuelo y seguridad en su calor y Hades lo sostuvo con ternura, admirando la paz y la serenidad que reflejaba el rostro de su esposo mientras dormía.

En ese momento, mientras contemplaba a su amado durmiendo plácidamente a su lado, Hades se sintió bendecido por tener a Hermes en su vida y sabía que juntos podían superar cualquier desafío que se interpusiera en su camino, porque su amor era más fuerte que cualquier adversidad. Con delicadeza, Hades acarició el cabello de Hermes, sintiendo el suave roce de sus dedos contra la piel de su amado y Hades se dio cuenta de lo afortunado que era de tener a Hermes a su lado ya que su amor era un regalo precioso que nunca dejaría de valorar, y estaba decidido a hacer todo lo posible para protegerlo y cuidarlo por el resto de sus días

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora