No puedo olvidarte...

- Stella - 4

Lo volví a arruinar.

Se me olvidó avisarle a Ali que iba a salir y Deb se dio cuenta de que mi celular no dejaba de sonar.

Me puse tan nerviosa que le hablé mal cuando me preguntó que por qué le pedí que no le dijera nada a Ali. No fue por lo que dijo sino porque vio que también me estuvo llamando Jonathan.

Se supone que hoy íbamos a ir cenar con sus padres, pero en el fondo sabía que era una excusa para que al final de la noche pasara lo que tanto quiere y en verdad quería ver a Deb.

Ella fue muy linda conmigo a pesar de que la desperté de una forma no muy agradable, me dio mi espacio y me trató como no lo había hecho alguien, ni siquiera Ali...

No sé cómo disculparme.

Ali me ha estado evitando, no dormimos juntas ayer porque cerró su puerta con seguro. Sé que está molesta y con toda la razón, nuestra regla más importante entre las dos es saber dónde estamos, no tanto el qué estamos haciendo, pero sí el tener la ubicación de la otra. Y yo rompí nuestra regla.

Ella no se toma a la ligera esas cosas, al final del día sólo nos tenemos la una a la otra y tenemos miedo de separarnos.

-Estaré con Deb estos días, no me esperes – dice al teléfono.

-Pasó al-

-Sólo te estoy avisando – cuelga.

¿Qué habrá pasado?

Ali no es de las que le gusta quedarse en casa de sus "amigas", sí convive con las personas que su madre le ordena, pero sólo lo hace para mantener las apariencias porque en el fondo sabe que eso no es una amistad.

Si no le gusta quedarse en casa de los demás, quiere decir que algo pasó con Deb.

¿Me contestará si le mando mensaje?

Yo: ¿Todo bien? Ali me dijo que se iba a quedar contigo.

No me aguanté las ganas y le dejé ese mensaje esa noche. Ha pasado una semana y sólo ha habido silencio por su parte. 

No quise volver a molestarla porque sabía que yo había actuado mal y tenía que disculparme de frente no por mensaje.

Mis días han sido diferentes, no me siento con la misma energía, sólo pienso en cómo la pude hacer sentir y en que Ali sigue molesta conmigo.

-Ya quiéreme – le digo frustrada – Llevas varios días ignorándome.

-Te lo mereces, no sabes lo angustiada que estuve por no saber dónde estabas – su mirada está cristalizada – Sólo quería saber si estabas bien...

Mi Ali...

Yo también tengo ese miedo, de que algún día la pueda perder.

-Prometo avisarte dónde estoy, es más – saco mi celular – Ya tienes mi ubicación 24/7 por si se me llega a olvidar de-

-Sabes que no es lo que quiero.

-No lo olvidaré, pero nunca está de más – suspiro – Terminé la tarea, saldré un rato.

-¿Con tu novio? - niego y frunce el ceño – Sólo espero que sepas lo que haces.

Ni siquiera yo sé lo que voy a hacer.

Manejo hasta el departamento de Deb, antes de llegar puedo ver un puesto de donas. No sé si le gustan, pero se las llevaré como ofrenda de paz.

Al salir del elevador puedo ver a Deb despidiéndose de alguien muy animadamente.