- Stella - 15

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-¿Algún día me dejarás ver las fotos que me tomas? – dice divertida.

-Corrección, me estoy tomando una selfie y que tu salgas de chismosa no es mi problema – rueda los ojos y le doy un beso en la mejilla – Es una sorpresa, algún día lo verás.

En cada una de nuestras salidas ya sea de nosotras o con Dylan me he tomado una selfie cuando está distraída, le encantará la sorpresa... En el momento correcto le mostraré en lo que he estado trabajando.

-¿Qué hiciste?

-¿Por qué piensas que hice algo malo?

-Estás sonriendo como tonta.

-Porque te estoy viendo a ti y ya no puedo negar que estoy enamorada de ti – se sonroja y sonrío - ¿No te esperabas esa respuesta? – niega.

-Esperaba alguna de tus tonterías menos eso.

-Te quiero, Deb – pongo una mano en su mejilla – Ya no es algo que se pueda ocultar con facilidad cuando mi corazón quiere saltar de mi pecho de la emoción.

-Yo también te quiero, Stella.

Se acerca y cuando nuestros labios se encuentran me pierdo dejándome llevar por los suaves que son y las caricias que me dejan en mi cuello, me besa con la delicadeza que la caracteriza y transmitiendo todo el cariño que me tiene.

El beso es tierno, pero conforme nuestro deseo aumenta la acorralo contra la pared y en el momento en que un gemido sale de ella es cuando dejo de pensar claramente. Deslizo mis manos por su trasero para volver a escuchar más de ella y sus gemidos encienden una llama dentro de mí que no creo apagar con unos besos.

-Stella...– jadea cuando meto mi mano dentro de su blusa – Espera, yo...

Me separo gentilmente y veo su mirada cristalizada.

-Hey – tomo su rostro entre sus manos - ¿Te hice daño? – niega y sus lágrimas caen con fuerza.

-Lo siento...

¿Qué está pasando?

-Yo también quiero, pero me da miedo – dice con voz quebrada.

Mi Deb...

-Miedo de que esto sea un sueño, miedo de arruinar esta oportunidad, miedo de que...

-De que yo te lastime... – termino por ella y asiente.

La rodeo con mis brazos y la llevo a la cama para estar cómodas.

-No te voy a mentir, yo también tengo miedo, sé que hemos cambiado, pero tengo miedo de que en algún momento nos lastimemos, pero hay que intentarlo, ¿No lo crees? – suspiro - Deb, llevo enamorada de ti más tiempo de lo que pudimos estar juntas y eso habla mucho de lo que tú me haces sentir.

Se acomoda mejor en mi pecho y sus lágrimas siguen cayendo, mojando mi piel.

-Eres mi primer y único amor, esto va más allá de un deseo carnal. No quiero que te sientas presionada por nada, esperaremos hasta que las dos nos sintamos listas.

-Tú también eres la única persona que he amado, pero no dejo de pensar en todo lo que hice para lastimarte, no tengo justificación y a veces tengo miedo de que estarías mejor sin mí.

-Hey – levanto su mentón y en su mirada encuentro sus ojos enrojecidos - ¿Tú crees que fue fácil estar lejos de ti todos estos años? – veo la duda en sus ojos y la abrazo más fuerte – Cada día dolía más que el otro, respirar era como sentir un puñal que se retorcía en mi corazón. Así que no, no estoy mejor sin ti...

No puedo olvidarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora