- Stella - 8

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Soy la mujer más feliz del mundo.

Anoche pudimos dar ese paso y fue la mejor experiencia de mi vida, no lo digo por la parte del sexo sino por todo lo que me hizo sentir. Ayer todas mis dudas fueron aclaradas... yo solo quiero a Deb, solo ella puede hacer que mi corazón lata demasiado rápido.

-¿Estás pensando en mí? – deja un beso en mi mejilla – Sabía que no podías resistirte a mí.

-¿No será que tú no dejas de pensar en mí? – le sonrío al ver que arqueó la ceja – Y es cierto, no dejo de pensar en ti.

-Yo tampoco – se sonroja – Te propongo algo.

-Uy, me gusta cuando te pones así – rueda los ojos y señala una palmera a lo lejos.

-Hagamos una carrera, la primera que le de una vuelta a la palmera y regrese gana una cena.

-¿Y si pierdes?

-¿Por qué das por hecho que voy a perder? – se ríe.

-¿Por qué crees que elegí usar cuatrimotos? Soy la mejor en todo.

-Porque no me has visto usarlas.

Esto se va a poner bueno.

La primera actividad que elegí fue un paseo en cuatrimotos por las dunas que hay por la playa. Una actividad que puede ser o muy tranquila o llena de adrenalina ya que hay unas dunas demasiado altas que te hacen sentir como si estuvieras en una montaña rusa a punto de caer en picada.

-Está bien, la que pierda va a nadar desnuda en la playa por la noche, además de que hará la cena.

-Me parece bien, señorita Müller, es un trato – estrechamos manos y reímos.

-No se confíe, señorita Wolf que no sabe lo buena que soy en esto y en todo lo que me proponga – sonrío orgullosa – Si quieres rodeamos la duna y al bajar comenz-

-¡Inicia ahora! – grita y baja en picada por la duna.

Diría que fue algo muy imprudente, pero al ver el control que tiene sobre la cuatrimoto puedo decir que la subestimé. Arranco y también me deslizo para tratar de alcanzarla.

-¡No es justo! – grito – !Empezaste antes la carrera! – baja un poco la velocidad y quedamos a la par.

-¿Ya es justo? – asiento – Es una lástima que se te va a congelar el trasero en la noche - me guiña el ojo y acelera.

Definitivamente subestimé a Deb...

¿Hay algo que no haga bien esta mujer?

A lo lejos veo como se mueve entre las dunas con una elegancia, pero a la vez con una destreza dejándome ver el dominio que tiene sobre la cuatrimoto. 

Al momento en que nuestras miradas se cruzan siento como se detiene el tiempo y lo único que puedo admirar son esos ojos verdes que me hipnotizan a tal grado que no me doy cuenta y paso de largo la palmera que tenía que rodear haciendo que pierda tiempo en retomar el camino hacia la meta.

Intento alcanzarla, pero la distancia entre nosotras es demasiada. Tardo un minuto más en llegar a ella que ve la escena divertida.

Está de brazos cruzados recargada de la cuatrimoto y mordiendo su labio. Esta mujer me va a volver loca.

-¿Decías? – dice divertida.

-Iniciaste antes, eso es trampa. – finjo estar indignada y coloco mis manos en su cintura.

-Repítelo hasta que te lo creas. -susurra sobre mis labios – Estabas tan metida en tus pensamientos que no viste la palmera, no es mi culpa que mi belleza te distraiga.

No puedo olvidarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora