- Deborah - 8

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Hoy es el último día que vamos a estar en este lugar.

El lugar donde nos entregamos en cuerpo y alma. Ella en todo momento se ha asegurado de que me sienta cómoda y amo lo linda que es conmigo.

La quiero más de lo que puedo expresar...

-¿Qué tienes planeado hoy? – digo dándole caricias a su espalda desnuda.

-¿Sabes cabalgar? – asiento – Entonces eso haremos, sólo déjame disfrutar un poco más así, me encanta cuando amanecemos así – se acomoda mejor en mi pecho.

Mi corazón empieza a latir muy rápido por esas palabras.

-Como quisiera poder pasar más días así contigo, donde podamos estar todo el día juntas y disfrutar de la compañía de la otra – rompe el cómodo silencio.

-Falta poco para que nos vayamos a Seattle y tal vez ahí podamos estar más días así.

Espero que sí.

Nos dirigimos hacia la regadera para iniciar nuestro día, entre besos y caricias inocentes, nos arreglamos para dirigirnos a la playa donde ya se encuentran los caballos listos.

Contengo la risa al ver que no sabe cómo subirse, según ella lo sabe todo, pero claramente no todo.

-¿Necesitas ayuda? – digo divertida y niega.

-Yo puedo.

-Nunca dije lo contrario – coloco mis manos en sus caderas y se detiene – Déjame ayudarte – nuestras miradas se cruzan y me encanta ver la forma en que la luz se refleja en esos ojos miel, haciéndolos más hermosos – Por favor – se sonroja y asiente.

Con un impulso logra subirse al caballo y hago lo mismo con facilidad. Le doy un beso en la mejilla al acercarme con el caballo y comenzamos este hermoso paseo.

Es una actividad más tranquila, me agrada porque así podemos disfrutar de la brisa del mar, la naturaleza y por supuesto de la compañía de la otra.

-Stella – digo al recordar algo importante – Acércate – detenemos los caballos y nos bajamos cerca de unas palmeras.

-¿Qué hice? – frunzo el ceño.

-¿Hiciste algo? – niega – Entonces no pienses que es algo malo – sonríe de lado – No te pusiste bloqueador y ya te estás poniendo roja.

Vierto un poco de bloqueador en mis manos y me acerco para aplicárselo en el rostro.

-¿Esta es tu excusa para andarme toqueteando o de verdad querías cuidarme? – me sonrojo y acentúa su sonrisa – ¿Te he dicho lo hermosa que te ves hoy con ese vestido? – asiento - ¿Sí? Pues a mi se me olvidó, así que te lo diré otra vez y las que sean necesarias – planta un corto beso en mis labios.

-¿Podrías concentrarte en lo importante? – evito su mirada y se ríe.

-¿Qué cosa? ¿El bloqueador o tus ganas por meterme mano? – empujo ligeramente su hombro riendo.

-¿Así serás siempre? – asiente.

-Tendrás que soportarme -susurra sobre mis labios.

Al terminar de aplicar el bloqueador lentamente por todo su cuerpo no contengo mis ganas y estampo mis labios sobre los suyos. El beso es lento sin ninguna intención sexual por parte de ninguna porque sabemos que no es el lugar.

En un momento del beso siento una mirada intensa sobre nosotras y me despego para ver quién es, pero al detallar el lugar no hay nadie.

-¿Qué tienes? – pone una mano en mi mejilla.

No puedo olvidarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora