- Stella - 24

4.2K 372 57
                                        

Por primera vez en muchas semanas puedo respirar un poco más tranquila al oír su voz.

Tenía miedo de no volver a oír su voz.

Sabía que ella encontraría el celular y la carta, y me alegra que sí contestara la llamada.

Vuelvo corriendo a la oficina para evitar levantar sospechas, el cambio de guardias sigue en proceso y siempre regreso antes, así pensarán que sigo trabajando.

Acomodo mis cosas y cuando entra el guardia anunciando que estará conmigo es que tomo mi bolso para ir a casa.

-¿Por qué siempre tardas? No es como que trabajes por amor al arte - lo fulmino con la mirada - Hermanita...

-¿Qué?

-Uy, alguien no está de buenas, ¿Me quieres contar?

-Ahora entiendo por qué la gente no me soporta - ladea la cabeza confundido - Eres igual a mí y con tan poquito ya me sacas de quicio.

-Hay algo más - sonríe y me extiende la copa de vino.

-¿Por qué lo dices?

-Porque estás platicando más de lo normal conmigo, normalmente tu estado de humor es depresivo, pero ahora parece que tienes energía para pelear.

-Es porque ya estoy harta... - escupo.

-Lo sé... - suspira - Estoy haciendo todo lo posible, pero aún no es seguro que regreses...

-¿Qué es lo que planeas hacer?

Siempre habla de que me va a ayudar, pero nunca me dice nada.

-Lo sabrás en su momento - me guiña el ojo y se va a la cocina a preparar el desayuno.

A veces me cuesta confiar en él. Estuvimos muchos años separados y no sé si él pueda traicionarme...

Una parte de mí me dice que nunca me hará daño, pero el estar influenciado por mi padre lo hace peligroso.

Si yo llego a morir él podría tener su libertad...

Yo no le tengo miedo a la muerte, solo tengo miedo de que le hagan algo a mi familia o se lleven a Dylan para que sea su sucesor en este mundo.

Me dirijo a la cocina teniendo esos pensamientos en mente y de lo que acaba de pasar con Deb.

-Hermanita... - dice serio y sin tener tiempo de reaccionar me estampa un pequeño pastel en la cara.

-¡¿Por qué hiciste eso?! - digo aventándole el pastel - Eres un inmaduro.

-Sí, pero así pude sacarte una sonrisa - dice divertido - No lo puedes negar. Todas caen bajo mis encantos.

-Soy tu hermana no tu conquista, idiota - digo conteniéndome la risa y me voy con lo que queda de mi dignidad a la habitación.

Gracias a este idiota tengo que cambiarme de ropa en tiempo récord ya que mi padre nos citó en una hora en su oficina, al parecer tiene algo importante que decirnos.

Regresamos a la oficina después de mi ducha express y de que desayunáramos en el auto.

-Hoy nos vamos a Chicago.

Luc y yo nos miramos confundidos y mi padre tiene la vena muy marcada de su frente.

-No has podido arreglar nada de lo que te dije y hace unos momentos se acaban de apoderar de una de mis empresas - azota la mano en la mesa y evito sonreír al saber que todo le está saliendo mal.

-He sacado adelante los negocios, recuperaste unos de Francia - gruño.

-No es suficiente - escupe.

-¿Por qué regresaremos a Chicago? - interviene Luc.

No puedo olvidarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora