Tengo miedo...
No quiero perderlas...
¿Cómo pude ser tan tonta?
Me distraje dos segundos y fueron suficientes para casi perder a mi hijo. Soy débil... creí que con el paso de los años las malas experiencias me harían más fuerte, pero al final del día vuelvo a sentirme como una niña.
Dejé que mi miedo me ganara y no me permitiera actuar, yo daría la vida por mi familia, ahora que tengo a Dylan en mis brazos no quiero perderlo de vista.
Las veo irse con una sonrisa en el rostro.
No me hagan esto... no quiero que esta sea una despedida, no quiero perderlas, no de nuevo... todo fue mi culpa.
Si tan solo hubiera llevado un arma nada de esto estaría pasando. Chris no estaría secuestrada, Andy golpeada y Dylan...
En el momento en que se van es que el cielo comienza a llorar, cada gota que cae sobre mí se siente como un puñal, recordándome que todo esto fue mi culpa...que a pesar de fingir que he estado bien en todos estos años, no lo estoy y que siempre terminaré siendo esa persona débil que no debería ser amada por nadie.
Lamentablemente no me puedo quedar mucho tiempo debajo de la lluvia, tengo que cerrar la casa y asegurarla. Andy se quedó dormida en el sillón, fui por unas cobijas de la habitación de invitados y la cubrí con ellas para que esté un poco más cómoda.
No tengo forma de agradecerle por proteger a mi hijo, ella no debió haber sufrido cada uno de esos golpes que ya son más notorios con el paso de las horas.
No puedo dejar que mis sentimientos me dominen, tengo que protegerlos.
Subo a la habitación temblando ligeramente, no he tocado un arma desde aquella vez que le quite la vida a dos personas que no eran del todo inocentes, pero que aún así al día de hoy me sigue pesando su muerte.
Abro la puerta y la habitación está en completo silencio, como si el mundo se paralizara al ver que volveré a tener un objeto que puede hacer dos cosas: proteger o matar. Tomo un pequeño respiro y limpio las lágrimas que siguen escapándose de mis ojos, no quiero, no me siento del todo lista y menos estando sola sin Deb o mi Ali para apoyarme.
Con todo el dolor de mi corazón levanto el colchón del lado de la cama de mi mujer y encuentro el arma. Afortunadamente no está cargada, de hecho, hay una nota donde dice que no está cargada y usar en caso de emergencia, veo las balas al lado del arma y las tomo.
¿Cómo es posible que algo tan pequeño pueda hacer tanto daño?
Dos balas fueron las que usé para quitar vidas y una para escapar de ese infierno...
Me quedo viendo el arma como si esperara que el miedo se fuera, pero no, solo crece con el paso de los segundos.
El llanto de Dylan me alarma, me hace tomar el arma sin dudar y apunto atrás de mí.
Dios...
No hay nadie... nadie va a venir... nadie debe venir...
Coloco las balas en la pistola y la guardo en mi pantalón para poder tener las dos manos libres y seguir consolando a Dylan.
Él es muy perceptivo, como si supiera que algo va mal. Siempre hace eso cuando me ve triste, es su forma de ayudarme para sacarme de mis pensamientos.
Me aferro a él con miedo, miedo de perderlo otra vez, miedo de no ser buena madre, miedo de no ser suficiente...
-Lo siento, mi amor - le doy un beso en la mejilla y apoya su cabeza en mi hombro - Perdón por haberte fallado, yo... - su mano comienza a moverse en mi cuello y más lágrimas caen por mis mejillas - No volveré a dejar que alguien te haga daño, siempre vas a ser mi prioridad, mi vida.

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No puedo olvidarte...
RomanceStella no sabe lo que es el amor, ha intentado con todas sus fuerzas enamorarse de su novio, pero no lo consigue. A Deborah le encargaron acercarse a Alisson, pero al conocer a Stella siente una conexión inmediata y decide seguir su corazón para des...