† 41. PROBLEMS †

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| Capítulo 41 |

Empezaba a cobrar la conciencia a medida en las que sus sentidos iban despertando. Se sentía completamente desorientada, su mejilla ardía por aquel golpe.

Todo se tornó de rojo y azul, y se percató que varios agentes del DICP llegaron a la escenas con sus patrullas. La sirena policiaca no dejaba de sonar y aquello le atormentaba sus oídos, empeorando aquel dolor de cabeza.

Veía algunas sombras pasar de un lado a otro y las voces que emitían aquellas personas se escuchaban a lo lejos, como si ella estuviera bajo el agua.

No podía reaccionar, no podía siquiera moverse por voluntad propia. Todo su cuerpo le dolía, pero sabía que seguía viva. Al menos eso era una victoria, ¿cierto?

Unas fuertes manos la levantaron y luego de examinar cómo se encontraba, la metieron en el asiento trasero de una patrulla.

† † †

—Espero que te sientas mejor, pero dime algo. ¿Qué hacían en la casa de uno de los fundadores de Hunllef Town? —El oficial Clarck caminaba por la sala de interrogación mientras veía atentamente al chico sentado en la silla de metal.

—Pensábamos que era el lugar de la fiesta de rave. —Camelot se encogió se hombros. Se podía notar con claridad aquel tono sarcástico que usó.

El oficial Clarck soltó un suspiro, tratando de no perder la paciencia tan fácil, pero mirándolo con cara de pocos amigos.

Estando en la misma situación, pero en otra sala de investigación, Clare respondió:

—Solo queríamos hacer una pequeña broma —dijo Clare cabizbaja, jugando nerviosamente con sus dedos bajo la mesa— ¡Pero nosotros no provocamos el incendio, se lo juro! —soltó atropelladamente, al instante en que recordó el fuego. No quería ser inculpada por algo que no provocó.

El oficial Jones; un hombre de unos treinta años, alto y de color, soltó un suspiro apoyando sus manos sobre la mesa de metal viendo fijamente a la joven.

—Clare. Conozco muy bien a tu familia, y sé que no eres una jovencita que se mete en problemas —Hizo un corto silencio, vacilando en si debía hacerlo o no—, así que solo por esta vez te dejaré ir sin decirle a tus padres absolutamente nada de lo que pasó. —dijo por fin.

—¡Gracias, gracias, gracias! —exclamó Clare con una amplia sonrisa.

—Con la condición de que no sigan investigando. Puede ser peligroso para chicos como ustedes que no tienen experiencia. —indicó el oficial Jones dirigiéndole una mirada de cierto reproche.

—Está bien. —Clare esbozó una floja sonrisa.

Luego de que el oficial Jones llenara los papeles de Clare, volvió para avisarle que ya podía retirar.

Una vez fuera de la oficina de la DICP, vio a todos lados, pero no encontró rastro alguno de Camelot. Supuso que seguía dentro, así que decidió esperar hasta que salieran.

—Y para que lo sepan: No me arrepiento de nada. —expresó Camelot todavía en la sala de interrogación— ¡Porque seguir las reglas es de gays y yo soy bi!

El oficial Clarck soltó un suspiro. Estaba al borde de su paciencia. Si el chico no se callaba de una buena vez, iba a tener un tic nervioso en el ojo.

PARASOMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora