Willom.
Han pasado tres días desde aquel decepcionante episodio. Llevo tres días tratando de convencerme a mí misma de que no es mi culpa, sin embargo, Connor se ha encargado de hacerme sentir todo lo contrario.
Blair trata de animarme incluso me ha llevado a una discoteca, pero cuando vi a los paparazis entre en pánico y debimos irnos. Cualquiera estaría encantado de ser el centro de atención por un escándalo, yo no.
─Debemos sacarla de este departamento a como dé lugar. ─ Increíble, ahora por lo sucedido se estaban llevando bien. Es una tregua y me alegra que, por lo menos, eso ocurriera.
Sonrió al verlos charlar sin pelear. Aedus revuelve su cabello con frustración, piensa y siente culpa por la divulgación de las fotografías. Hace un gran esfuerzo por no desesperarse ante mis negativas de no salir de estas cuatro paredes.
─Yo debo irme, pero prometo regresar en la tarde o tal vez, no.
Mira de reojo a Aedus, este frunce sus labios metiendo sus manos en los bolsillos. Luce casual con ropa de entrecasa, pantalón chándal negro, remera gris y va descalzo. Una costumbre a la que ya empiezo a tomarle gusto.
─Llama si necesitas de mi consuelo. ─ beso su mejilla y la acompaño a la puerta.
─Estaré bien, lo prometo.
Al cerrar la puerta lo busco con la mirada, pero ha desaparecido. Voy a la cocina tampoco está ni en el balcón. Subo las escaleras encuentro la puerta abierta y Aedus ya se cambia.
─ ¿A dónde vas con tan prisa? ─ interrogo.
Aedus se ata sus agujetas velozmente. A cambiado su ropa cómoda por camisa, corbata y pantalones negros.
─Tengo una conversación pendiente. Te veré más tarde, pasare por ti al mediodía para almorzar juntos.
─Pero Aedus...
Ni siquiera puedo replicar que sale disparado haciéndose el nudo de su corbata.
Me quedo sola en la inmensidad de este departamento. Los tonos que predominan son gris, blanco y un toque de negro como su vestimenta, debo agregar su personalidad.
Sin nada que hacer me propongo a ordenar un poco. Hacer la cama, doblar su ropa y colgar sus camisas, las cuales puedo contar con mis dedos. No superan cinco prendas. Ni zapatos tiene solamente tres pares de zapatillas.
Husmeo en las gavetas de su closet y al querer cerrarlo cae una foto. Con cuidado la levanto, es una chica de cabello rubio adheridos a sus mejillas, ojos miel y piel pálida sonriendo, detrás suyo se puede apreciar la playa. Abro nuevamente su cajón hallando más fotos de la misma chica.
¿Por qué conservaría fotos de alguien que lo lastimo? Y mi mente comienza a ser un bucle de pensamientos sin fin. Algunas están marcadas, otras tienen escritas fechas, pero su nombre sigue siendo un misterio. Es tanto el secreto que la envuelve despertando una curiosidad insana.
Abro el siguiente con las fotos en mi mano y esta vacío, el siguiente igual y el ultimo tiene llave. ¿Qué esconderá? Tengo miedo de lo que pueda haber, pero suegra una necesidad imperiosa de conocerla o escuchar la historia completa.
¿Y si llamo a Justin? Aedus no me lo perdonaría. Lo es y no quiero arruinar su confianza, sin embargo, los cabos sueltos de esa historia acabaran conmigo.
Idea peligrosa, es mejor no provocar una pelea.
Alguien toca el timbre. Guardo todo donde lo encontré bajando a ver quién es. Esta mujer es tan bella que le adjudico la belleza de su hijo, sonríe ampliamente y se muestra amable, no como el idiota de su marido.
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El hombre de mis Fantasías (Completa)
Romance¿Se puede amar a una persona que solo aparece en tus fantasías? Muchos dirán que no, pero una mujer está a punto de experimentar una situación que parece un deja vu. Aunque no lo es en absoluto. Conoce a un hombre igualito a como ella se lo imagina...