Aedus.El fin de semana pasa como una estrella fugaz. Después de la fiesta de la fundación decidí visitar el hospital que mi madre apadrino, pero debo dejarlo para otro momento porque hoy será el día que me suicido.
Pero no piensen que me quitare la vida, sino que, hoy asumiré como nuevo presidente de la cadena hotelera de mi familia. Evalué las miles de opciones para negarme, aunque en ninguna la solución beneficia a ambos, es decir, a mi madre y quien les habla, ósea yo.
El señor Connor Lexxon, cree que le quitare responsabilidades con mi asunción en la empresa. Claro, él tendrá más tiempo para pasearse con sus amantes de lujo por donde quiera mientras yo trabajo en lo que no quiero.
Seré su títere a partir de ahora, pero ni crea que voy a dejarlo decidir por mi si soy parte de este circo.
Hago el nudo de la corbata para terminar el asfixiante traje. Odio estos trapos que ajustan y no te dejan respirar. También odio mi mal humor de hoy. Eso se lo atribuyo al sínico de mi padre.
Además, tendré que lidiar con las infinitas preguntas de los reporteros que son, lo más parecido a los buitres, queriendo meterse en mi vida privada.
Dos toquecitos en la puerta derivan mi atención en ella.
- ¡Adelante!
Mamá asoma la cabeza por la puerta viendo si ya estoy listo. No puede ocultar su alegría por verme bajo su techo todavía.
- ¡Buenos días, hijo! - exclama muy sonriente - ¿Ya estás listo?
-Sí, estoy listo para ir al matadero - digo ironizando con una mueca, ella frunce su entrecejo acomodándome la corbata y el cuello de la camisa.
-Hijo no digas una cosa como esa. Recuerda que todo es patrimonio tuyo y tu hermano... - se detiene porque no es capaz de pronunciar su nombre.
Nunca lo fue desde que se ha ido sin despedirse. Duele su ausencia, aunque a ella mucha más.
-Ya acabemos con esto - espetó molesto.
- ¿No vas a desayunar? - interroga cruzándose de brazos delante mío - Iremos todo juntos, Aedus.
Uff. Ahora deberé soportar "los sabios concejos de Connor" como si fuera el padre perfecto.
La señora, Lotte, blanquea sus ojos porque sabe que estoy maldiciendo mentalmente a su petición. Ella nos quiere unir, pero es algo imposible de reparar la decepción que sufres cuando vez a tu padre como héroe y resulta que es tan patán como los demás.
-Esperare aquí hasta que desayunes - digo sin expresión alguna.
Ella se va dejándome solo sin rechistar a lo que dije. Recorro cada centímetro de mi habitación, donde creí junto a Alvin.
Recuerdo sus carcajadas como si fueran ayer. Cuando lloraba él era quien me consolaba solo para robarme mis juguetes, pero lo ventajaba amenazándolo con contarle todo a nuestra madre. Ni se inmutaba no tenía miedo nunca lo tuvo.
¿Qué hará en este instante? ¿Dónde se encontrará? Desearía poder tenerlo cerca para abrazarlo, reír y competir entre las olas de Bournemouth, eso era lo que más disfrutaba de tenerlo conmigo. Esos años se perdieron en el tiempo o se borraron como su alma.
Observo detenidamente un retrato de dos niños iguales en fisonomía, pero diferente en ojos. Él lleva los mismo de mamá, azules y yo porto uno de cada color, heterocromia de iris.
Es la persona que presenta ojos de diferentes colores por eso se me quedan viendo por horas sin disimular. No importa que sea frío e indiferente nunca comprenden que no quiero ser observado como una fruta acaramelada.
ESTÁS LEYENDO
El hombre de mis Fantasías (Completa)
Romans¿Se puede amar a una persona que solo aparece en tus fantasías? Muchos dirán que no, pero una mujer está a punto de experimentar una situación que parece un deja vu. Aunque no lo es en absoluto. Conoce a un hombre igualito a como ella se lo imagina...