Willom.
Después de varias semanas mi familia salió del hospital. Es alivio porque ya no tengo que madrugar para venir a visitarlos.
Sienna tiene el peor humor del mundo. Nada la conforma desde que supo que tendría usar silla de ruedas para moverse, aunque no es algo definitivo solamente es por su bien estar. Pero nadie pudo convencerla de lo contrario ni Aiden.
Si no fuera por él ya le hubiera pegado unas cuantas cachetadas porque me saca de quicio. Cree que es la única que necesita atención.
Mi madre es la que más rápido se ha recuperado, pero papá aún sigue en cama. Se siente culpable y eso lo ha hecho decaer un poco. Es bastante preocupante su deplorable estado de ánimo, sin embargo, no sé qué puedo hacer para verlo sonreír como antes.
"Antes" todo era diferente. Bien lo dije fue antes del accidente que casi me deja sin familia.
Sentada en el sillón observo la pantalla del aparato visual que reproduce una novela que vuelve loca a mamá. Estoy bastante aburrida ya que he dejado el trabajo por cuidar de ellos. No me arrepiento, pero sigo pensando en el idiota de Aedus, que ni ha llamado.
Tampoco tiene porque hacerlo, pensé que por lo menos llamaría. Fui tan ilusa que mi obsesión por encontrar al hombre perfecto termino en una decepción inmensa todo por mi culpa.
Voy a pisar el primer escalón cuando el teléfono de la casa suena. Vuelvo para responder porque tenía más ventaja que mi madre que debe esforzarse mucho para caminar. Todavía tiene una que otra dificultad para moverse libremente, creo que es por el impacto recibido en su cuerpo.
-Contesto yo – digo en voz alta tomando en mi mano el teléfono - ¿Hola?
Una respiración pausada se oye del otro lado, pero nadie responde. Espero unos minutos más y vuelvo a insistir.
- ¿Quién habla? – y cuelgan.
Es rarísimo, aunque no le doy vuelta al asunto. Continúo subiendo los escalones llegando a corredor de la segunda planta, en el cuarto de mi hermana escucho ruidos.
Voy acercándome, la charola en que le lleve la comida, la estrello en el piso gritando de frustración. Últimamente, nuestra relación se ha vuelto difícil más de lo que era. Prefiero pelear entre indirectas que verla sufrir por su estado.
Giro el pomo de la puerta, trago grueso porque ya no quiero otra pelea. Dejo a medio abrir ingresando la mitad de mi cuerpo para tantear el terreno.
Es una oscuridad total. Una pequeña luz proviene desde la mesa de noche cerca de su cama y ella, esta de espaldas hacia la puerta. Ahoga sollozos tirándose el pelo para atrás mientras toda la comida esta esparcida por la alfombra bordo en el centro de su habitación.
- ¿Sienna? – desliza las ruedas hasta la ventana ni siquiera voltea a verme - ¿Necesitas ayuda en algo? No puedes estar sin comer no es bueno para tu tratamiento.
- ¿Y desde cuando eso te importa? – su tono de odio me hizo erizar la piel – No quiero nada de ti...
- ¿Por qué te desquita conmigo? Solo pretendo ayudarte y si me importa lo que te pase – respiro para no llorar – Te recuperaras pronto, ya verás que podrás ser la misma que hace un mes.
El silencio inunda las cuatro paredes. Mi sonrisa se desvanece al darme cuenta que me mira con tanta repulsión que no comprendo cuáles son sus motivos. En cuestión de segundos esta frente a mí.
- ¿Sabes que, Willom? – seca sus lágrimas sin quitar sus ojos de los míos – No soporto el plan de ser la hermana buena, no quiere verte ni por asomo en mi cuarto.
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El hombre de mis Fantasías (Completa)
Romance¿Se puede amar a una persona que solo aparece en tus fantasías? Muchos dirán que no, pero una mujer está a punto de experimentar una situación que parece un deja vu. Aunque no lo es en absoluto. Conoce a un hombre igualito a como ella se lo imagina...