Capítulo n°34: "La furia de Connor".

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Aedus.

Creí que nuestra breve escapada era suficiente tiempo para que Connor se calmara, pero estuve equivocado.

Prácticamente, ya es de día y voy entrando a la mansión cuando una discusión me hace detenerme en el vestíbulo. Claramente es mi padre pidiéndole una explicación a su esposa, aunque el tono que usa a cualquiera le daría miedo.

Camino directo al estudio. Sus monosílabos apenas audibles se oyen a reproches, se tambalea y una botella de whisky baila entre sus dedos, es lo que veo por la rendija de la puerta.

─Bebiste demasiado, Connor. ─ dice mi madre alterada y su cuerpo demuestra el miedo. - Ve a darte una ducha fría, hablaremos con más calma en la tarde ¿sí?

─ ¿Quién dijo que quisiera hablar contigo? ─ replico trabándose con sus propias palabras.

Connor está de espalda mirando hacia el jardín. Parece abatido, se arranca el cabello en un arrebato y bebe del pico de la botella, su camisa tiene algunas partes rotas dándome a pensar en lo peor.

─ ¿Ocurre algo? ─ pregunto al interrumpirlos.

Mamá voltea a mirarme con sus orbes empañados, sorbiéndose la nariz y observando con desconfianza a su marido.

─No nada, hijo.

─Mira...el fugitivo decidió volver...Ya puedes reírte acabas de arruinarme... ─recrimina acercándose a pasos cautelosos. Tiene aflojado el nudo de su corbata, sus ojos rojos e inyectados de alcohol, ojeras y respira como un león enojado, irregular además bebió toda la noche. Está impregnado el ambiente de alcohol y tabaco.

─Yo nunca quise causarte un problema. Tú te lo buscaste solito por necio, por querer controlarme y decidir en mi vida...Estas tomando un poco de tu propia medicina.

─Por favor, no discutan. Deberíamos dejar la charla para otro momento. ─ ella interviene asustada por lo que pueda pasar, toma mi hombro y en su mirada suplicante veo tristeza.

Es una fuente inagotable de lágrimas. Hubiera preferido otra manera para enfrentarme a él, pero se esforzó en alimentar mi rencor incluso el odio, ahora estamos parado en la misma habitación respirando el mismo aire sin soportarnos y lo dicen nuestro contacto visual, saltan chispas.

─Con esto has firmado tu sentencia de muerte. ─ murmura bebiendo hasta el cansancio. ─ Te espera tu peor pesadilla...a los dos...olvídate de tu hija...

Quiero contestarle, sin embargo, mi madre nos hace salir del estudio.

─Déjalo que se calme.

─Si razona comenzara la venganza.

─Pues tú lo provocaste. ─ rebate algo condescendiente por la situación. ─ Perdón, Aedus, pero no estoy tranquila. Connor no se quedará quieto, Willom es tu punto débil y él lo sabe, tienes que protegerla.

─ ¿Cómo? Asumiré las consecuencias, aunque ella no sé si estará preparada para lo que sucederá.

─Connor se ha encerrado en el estudio todo el alcohol a su alcance corre por sus venas y temo que cometerá una locura.

─ ¿Conoces sus secretos señora, Lotte? ─ interrogo y agacha su cabeza. ─ Tu silencio otorga, madre.

Descendemos por las escaleras corriendo. No me queda más por cuestionar, si ella no quiere hablar por algo será, pero ¿Qué esconden? ¿Habrá matado a alguien? No lo creo capaz, ese sería el límite y él no los tiene.

─Aedus... ─ su voz entrecortada es desesperación pura. ─ Aedus...

─ ¿Qué? Iré por Willom luego hablamos.

El hombre de mis Fantasías (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora