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-Me tengo que ir, seguro mi madre está preocupada -el castaño se puso de pie bajo la mirada de sus compañeros de clase, quienes lo observaban esperanzados. Ellos esperaban que se quedara un rato más, pues les había costado un montón convencerlo de que fuera a la reunión, pero al final lo habían logrado.

-Vamos Liam, quédate un poco más, yo te llevo luego a casa -se ofreció su primo, el cual era una bomba en la secundaria, era amigo de todos, lo contario a él. Louis. El castaño dudó-. No creo que mi tía se moleste, ella sabe que estás conmigo.

-Igual -respondió, un poco cortante. Liam tenía una marca de nacimiento. Él era frío por naturaleza-. Nos vemos después.

-Bueno, vale -respondió un resignado Louis, sabía que con él jamás podría discutir, era testarudo y hostil, no quería ganarse un insulto de su parte-. Ten cuidado, sabes que no me agrada esta zona, y me llamas cuando llegues a casa.

-Ok.

-Puedes llevarte mi auto, estaría más tranquilo si lo hicieras -lo miró preocupado el mayor, no se llevaban muchos años, pero siempre lo cuidó como si fuese su hermano pequeño, aunque el castaño lo rechazara un poco. Louis solía ser muy sobreprotector, no confiaba en la noche, y la conocía muy bien como para llamarla enemiga. Él no quería que nada malo le pasara a Liam.

-No hay problema Louis, tomaré un taxi -aseguró el ojimarrón, caminando hacia la puerta del apartamento en el que se había llevado a cabola reunión. Chicos populares, un poco de música, comida y alcohol. La había pasado bien, dentro de lo que cabía. Aquellas personas lo hacían sentir muy incómodo, más aún las chicas que trataban de llamar su atención. Sin dejar que el mayor le respondiera, el castaño salió de aquel lugar, llamando al ascensor a la vez que se abrigaba en su chaqueta, era una noche fría, invierno en Londres. Solía ser de aquella manera, tan solo hubiera querido pasar la noche en su cama, acobijado, viendo alguna película de acción mientras tomaba chocolate caliente. Tonto Louis, pensó. Todo estaba en silencio, las luces de la calle estaban bajas, por supuesto, casi todos dormían. El frío entró a su cuerpo de una manera estruendosa, se frotó los brazos y suspiró, notando como salía vaho directo de su boca. Ahora tan sólo tenía que esperar a que pasara un taxi en un lugar muerto, bajo la luz de una farola, solo. Más le valía haberse llevado el auto de Louis, pero rápidamente se las había ingeniado para pensar: "No tengo licencia, si me pillan me darán una infracción, o peor aún, me detendrán" a Liam le gustaba pensar en lo que podría pasar, en pocas palabras, se hacía historias completas en su mente.

Veinte minutos habían transcurrido desde que pisó fuera del edificio, se estaba congelando, su abrigo le había quedado corto y lo peor, no pasaba ni un alma en pena por aquella calle oscura y tenebrosa.

-Genial, tendré que irme caminando -habló con ironía, solo,malhumorado. Dio pasos, comenzando a caminar hacia la avenida más cercana, donde, seguramente le sería más sencillo conseguir un transporte. Por un nuevo instante, volvió a reprocharse el haber aceptado aquella estúpida invitación. El frío comenzó a entrarle por los huesos, ya sus entrañas habían sido abordadas por aquel aire congelado, creyó nunca haber experimentado algo así, ¿el clima le estaba jugando una broma? Sacó su teléfono, estuvo a punto de llamar a su padre para que lo fuera a recoger, pero en realidad, Liam no sería capaz de pedirle un favor a alguien. 12:59am. Ni siquiera a esa hora podría pasar algún conocido que le diera un aventón. Y por primera vez, se cuestionó el porqué no le hizo caso a su primo. Una luz parpadeante se hizo presente en su camino solitario, tal y como en las películas de terror cliché, más adelante se encontraba un callejón, solían llamarle "El triángulo de las bermudas"

¿Por qué? Varias personas habían desaparecido en aquel lugar, de día era un callejón normal, de noche era una terrible pesadilla, pero Liam no le temía, Liam, increíblemente, no le temía a nada, ni siquiera a la muerte. Se escucharon unas nuevas pisadas en compás con las suyas, trató de ignorar el hecho de que alguna persona caminaba detrás de él, quizá estaba en susmismas circunstancias, pero estaba claro que pasaría el resto del camino ignorándola. Sintió los pasos aproximarse, miró al piso alumbrado por una luz más bien anaranjada, la sombra detrás de él estaba tan cerca que casi podía invadir su espacio personal. Al igual que aquella persona, Liam aceleró su paso, podría jurar que lo estaban siguiendo.

Stand Up // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora