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Desde aquel día, no hubo uno en el que Liam no se colase por la ventana de Zayn en la noche, y sin retirarse poco rato después, los dos dormían abrazados en la cama del moreno. Nadie estaba al tanto de esto, tan sólo ellos dos.

Eran cómplices, y era totalmente divertido.

Zayn no podía pasar mucho tiempo fuera de su casa, y Liam no podía pasar mucho tiempo sin la compañía del pelinegro. Tenía un bolso con ropa en la habitación de Malik y ya era raro el tiempo que pasaba por su propia casa.

Aún no sabían cómo habían hecho para ser tan sigilosos, pero ni siquiera Kathryn, quien pasaba más tiempo en casa que sus padres, había notado que Liam dormía todas las noches allí, con su hermano.

Dando las 10:00 p.m en punto, Liam cogió las llaves de su auto y bajó las escaleras de su casa corriendo, pero aquella vez no resultó ser como los demás días. Sus padres estaban en el salón y ésta vez, no pudo pasar desapercibido.

-¿A dónde vas tan tarde, Liam? –Preguntó su madre, con el ceño levemente fruncido. El castaño mordió el interior de su mejilla y los miró pensativo-. ¿No irás a una fiesta, o algo por el estilo? Es miércoles, mañana tienes que estudiar.

-No... lo sé –admitió el ojimarrón, pasándose la mano por la nuca y mirando a su padre, quien tenía un gesto interrogatorio-. Voy a quedarme en casa de Zayn.

-¿Quién es Zayn? –Cuestionó el hombre mayor, despistado. Miró a su esposa y ella sonrió sonrojada, mirando a Liam, quien se coloreó de rojo enseguida.

-Oh... está bien. En ese caso... cuidado en el camino –afirmó la rubia, dándole el visto bueno. Liam sonrió y comenzó a caminar hacia la puerta, pero la voz de su padre lo frenó, haciendo la misma pregunta.

-¿Quién es Zayn?

-Luego te digo –susurró su esposa, haciéndole una seña a Liam para que siguiese-. Adiós cariño, nos vemos mañana.

-Adiós –se despidió Liam, inseguro.

Saliendo de su casa, negó con la cabeza y luego de meterse a su auto y conducir hacia la casa del moreno, aparcó en su lugar encubierto y trepó hasta la ventana del pelinegro. Se había convertido un maestro en aquel oficio, pues ya no tardaba más de dos minutos en estar arriba y golpetear la ventana de Malik.

Habían decidido hacerlo de ese modo, puesto que la primera vez que Liam entró por la ventana, Zayn la había dejado abierta y se llevó un susto de muerte al notar un intruso en su habitación. Payne le repitió que era un dramático, pero al final, Zayn tomó la decisión de dejar la ventana cerrada. Liam no pudo discutir, así que en menos de tres segundos, estuvo de acuerdo.

La ventana fue abierta por el ojimiel y recibió al menor con un pico, mientras se introducía en la habitación. Al estar estable y de pie, cogió nuevamente al moreno, esta vez con un beso profundo.

-Te tardaste –murmuró Malik entre el beso, separándose del castaño y sonriendo al mirarlo.

-Lo siento –se disculpó-. Tampoco fue mucho.

-Diez minutos tarde –sonrió Zayn, echando un vistazo al reloj en la mesa de noche y caminando hacia su cama con Liam tomado de su mano.

-Y supongo que casi te mueres –bromeó Liam, dejándose caer en la mullida cama, no sin antes quitarse la ropa incómoda. Se metió dentro de las cobijas y palmeó a su lado para que Zayn hiciese lo mismo, no tardó mucho en acatar la orden.

-Sí, no sabes lo malditamente aburrido que es estar castigado. No puedo hacer nada –haciendo puchero, se recostó contra el pecho desnudo de Liam, abrazándolo-. Y no te veía desde la tarde, te extrañé.

Stand Up // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora