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La lluvia había cesado y los dos jóvenes en la habitación habían despertado de su insondable sueño. Percatándose de la hora y recordando que para el día siguiente debía entregar un ensayo de tres hojas sobre la vida de Miguel Ángel, Zayn se levantó del cómodo abrazo que mantenía junto al castaño y comenzó a vestirse, descontento.

-¿Pasó algo, Zy? –Preguntó Liam, notando como torpemente, el azabache intentaba meterse el ajustado pantalón en las piernas. Se volteó a mirarlo y un puchero maquinal se posó en sus rosados labios, Liam rio-. ¿A dónde vas?

-Tengo que hacer un ensayo para mañana, recién lo recuerdo –susurró, molesto. Estas cosas no le pasaran si evitara dejar los trabajos para última hora-. Y será mejor que lo haga.

-Hmm –murmuró Payne, pensativo. Buscando algún tipo de solución para que Malik pasara la noche allí, junto a él. Pero nada vino a su mente.

Tampoco es como si él supiera de arte.

-Te presto mi portátil, tengo hojas... ¿qué más necesitas? Seguro que tienes un lápiz en tu bolso, si no lo tienes, yo tengo. También sacapuntas y borrador. Si es a computadora, lo guardas en mi pen-drive y lo imprimimos mañana en la universidad, porque odio las impresoras, así que no tengo. –Habló rápido, ocasionando que Zayn elevase una ceja y sonriera-. Pero quédate, por favor.

-Sería un placer, pero ambos sabemos que si me quedo, no haré ningún ensayo. Y si no quiero ganarme un regaño por parte de mis padres en el cual recalquen que me pagan una universidad, estudio una carrera que a ellos no les gusta y aun así me salto clases y no hago la tarea, será mejor hacerlo –acotó Malik, sonriendo.

Liam ensanchó su sonrisa, amaba el sonido de la voz de Zayn, era hermosa.

-Está bien, te llevo –acordó Liam, levantándose y buscando su ropa, al igual que el pelinegro quien estaba casi listo.

Mirándolo de soslayo, no se perdió de nada. Liam estaba buenísimo, y no podía creer que estuvieran juntos.

-Me gustó lo que hicimos esta tarde –murmuró Zayn, bajo y esperando a Liam pegado de la puerta, observando cómo se ataba las trenzas de los zapatos. La mirada avellanada se posó sobre la miel, y las mejillas del moreno se tiñeron de un leve rosa pálido.

-A mí también –respondió Liam, avergonzado-. Y todavía no puedo creer que en serio estemos haciendo esto.

-¿El qué?

-Esto... estar juntos. Cambié de opinión tan pronto... es decir, hace poco pensaba lo muy desagradable que era ver a dos hombres juntos, ahora yo lo disfruto también. Es raro –asintió Liam, de pronto serio y caminando hacia donde Malik se encontraba. Procediendo a salir de la habitación.

-¿Es sólo conmigo? –Murmuró, cogiendo el brazo de Liam quien lo guiaba hacia las escaleras.

-No podría imaginarme con otro hombre, si a eso te refieres. Sí, es sólo contigo –afirmó, mirándolo de soslayo. La sonrisa en la cara de Zayn se volvió intacta.

-Entonces... me alegra que así sea.

-No sé qué tienes, Zaynie. Pero me gusta –admitió el ojimarrón, sonrojado-. Y no creí que esto llegase a pasar. Nunca me imaginé siendo gay, jamás, tampoco me considero de esa manera... pero si el hecho de que me gustes me hace gay, entonces que así sea.

-Creo que es lo más lindo que has dicho en tu vida –se burló el pelinegro, logrando que Payne riera también, liberando la tensión que se había subido encima de sus hombros.

-Eres un idiota.

-Uno que te quiere, y mucho –le miró con sus orbes mieles, acercándose a su boca y besándolo castamente.

Stand Up // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora