Stand Up // Ziam

20

-¿Te gusta, eh? ¿Te gusta, mariquita? –Susurraba con voz entrecortada a su oído, mientras que él tan sólo dejaba escapar sollozos lastimeros-. No llores, ¿no se supone que a las maricas como tú les gusta que les den por el culo? –Gritó, cabreado, soltándole un manotón que le partió la boca. De inmediato, comenzó a sangrar-. Qué bonito eres, y esos labios... Tan rojos y gruesos...

Liam abrió los ojos, ni siquiera dándose cuenta de cuándo los había cerrado. El corrientazo que sintió al verse siguiéndole el beso a Zayn, le recorrió todo el cuerpo, como si se estuviera electrocutando. No sabía qué era, pero le agradaba. Le agrada como el beso que le estaba dando Malik.

Y el miedo lo carcomió.

Subió sus manos hasta el pecho de Zayn y de un empujón lo separó de él, con los labios ardiéndole de tan candente que se había vuelto aquel tímido beso. Sus ojos estaban por salirse de órbita, y lo primero que presenció fue la cara de Malik, roja como un tomate, al igual que sus labios.

Sin pensarlo, se levantó de la cama, con el ceño fruncido, ojeando por todo el piso en busca de sus zapatos. Tenía que salir de allí lo más pronto posible. Tenía que deshacer ese sentimiento que le estaba quemando por dentro y de alguna manera, le hacía sentirse vivo.

Pero él tenía miedo de vivir.

-¡L-lo siento mucho Li-Liam! –Escuchó detrás de él. Corrió hacia los zapatos que visualizó en una esquina de la cama y se calzó, ignorando por completo la mirada sobre su nuca, escociéndole la piel-. ¡Liam perdóname! ¡No sé qué me ha pasado! –Suplicó el moreno, asustado al ver a Payne recoger sus cosas, sin siquiera mirarlo. Al estar a un paso de la puerta, saltó de la cama tropezando con sus pies y llegó hasta él torpemente, cogiéndolo del brazo y dándole vuelta.

-¡No me toques! –Estalló, pero Malik no le prestó atención. Buscó sus avellanados ojos, los cuales veían cualquier cosa excepto a él-. ¡Que me sueltes!

-No, Liam... Por favor... Lo siento tanto –lloriqueó el moreno, negándose a que todo se fuera al caño. Él no quería que Liam estuviese lejos de él gracias a su imprudencia.

-¡No me hables! ¡No quiero escucharte! Ni a ti... ni a tus disculpas estúpidas. ¡Me tienes hasta las bolas de siempre pedir perdón como un puto masoquista! –Soltó, mirándolo. Zayn lo soltó del brazo, sintiendo como sus ojos se aguaban.

-Yo sólo... no quiero que te alejes de mí...

-¡Pero qué problema tienes tú, hombre! ¡No entiendo nada! ¿Acaso te gusto? –Preguntó, riéndose de sí mismo cuando acabó-. ¡Por supuesto, sólo por eso me has besado!

-¡Perdón! –Volvió a gritar-. Perdón...

-¡No me pidas perdón, ve a ver qué haces! ¡Y no quiero que te me vuelvas a acercar nunca más en tu vida! ¿Me escuchaste?

-Pero Liam –Zayn sentía un enorme nudo en medio de la garganta, el cual le estaba impidiendo respirar. Sin darse cuenta, las lágrimas se derramaron incesantes por sus mejillas. ¡La había cagado!

Tanto tiempo tratando de evitar que Liam se alejase de él, y en menos de cinco minutos, lo logró.

-¡Pero nada Zayn! Entiende... -hizo una pausa, sin apartar sus llameantes ojos de los llorosos de Malik-. Entiende que yo no soy un marica como tú... Me das asco.

Y con aquello, salió de la habitación, hecho furia.

Estaba molesto, demasiado. Pero sólo por haber herido de esa manera tan despiadada y cruel a Zayn.

Sintió sus ojos ardiendo y algo dentro de su pecho rompiéndose, algo que él pensó, no tenía vida desde hace mucho. No era justo, no era para nada justo lo que había hecho, tan sólo por sacar aquel sentimiento gratificante de dentro de él.