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La noche había llegado, y con ella, Kathryn. Zayn estuvo atento a todos los pasos que dio su hermanita en cuanto pisó la casa Malik, y al notar que venía sin Liam, relajó la tensión que dominaba su cuerpo desde la tarde.

Todavía no podía creer nada de lo que estaba pasando. Liam no podía estarle haciendo eso, y quería saber el porqué de sus actos, pero no se atrevía a preguntárselo.

Más que eso. No se lo permitía.

Dejó atrás su comodidad en la cama y alisó sus ropas para seguidamente, y luego de volver a pensárselo, salir de su habitación directo a la de su hermana. No había hablado con ella más que un hola, y ese mismo día, cuando la vio extrañamente en la universidad, decidió que era hora de hacerle frente. Desafortunadamente Liam interrumpió su charla y se había tenido que ir. No sin antes mirar cómo se comían los labios.

Aquello le desagradó muchísimo.

Dos toques en la puerta...

-¿Quién? –La voz cantarina de la castaña resonó por todo el pasillo y Zayn mordió el interior de su mejilla, indeciso en si entrar y gritarle, o darse media vuelta y esperar a que su enamoramiento hacia Liam pasase. Total, a la edad de Kathryn las personas se enamoraban todos los días de alguien diferente. Él también tuvo dieciséis. Él también se enamoraba a diario y creía que encontraba al amor de su vida.

-Soy yo. Ábreme. –Respondió por fin, llenando de aire sus pulmones y tratando de relajar los músculos de su rostro. No quería parecer enojado, aunque lo estuviera en cierto modo.

-¿Qué quieres? –La voz hostil de Kathryn al abrir la puerta sorprendió al pelinegro, quien no dudo en cruzarse de brazos y observar con desdén la menuda figura de su hermanita frente a él.

-Tenemos una conversación pendiente.

-¿Todavía con eso? –Gruñó, poniendo los ojos en blanco-. Deja de molestar, Zayn, pareces un niño de cinco años.

-Es importante.

-En realidad no lo es –dijo la ojiverde, dándose vuelta y metiéndose en su habitación, con Zayn pisándole los talones-. No entiendo por qué después de una semana te decides a venir y hablar de mi relación con Liam, creí que no te importaba, pero de repente llegas reclamándome hoy. Pensé que ya lo habías superado, hermanito –se burló.

-¿Por qué están saliendo? –Preguntó impotente el moreno, mientras miraba a su hermana desde una esquina de la habitación. Ella soltó una carcajada incrédula.

-Cuando dos personas se gustan, salen juntas –aclaró, Zayn gruñó.

-A Liam no le gustas. Nunca le gustaste. Lo utilizaste la primera vez, estaba borracho, no sabía lo que hacía. ¿Acaso te creíste que todo lo que hizo, lo hizo porque le gustaste? –La miró fijamente, tratando de lastimarla con sus palabras pero Kathryn parecía ser inmune a todas ellas, más bien sonrió-. Era mi mejor amigo, siempre me decía que lo irritabas, no le caes bien. Estoy seguro de que ahora es él quien te está utilizando, pero eres tan estúpida e inmadura que no te das cuenta de cuando las personas quieren jugar contigo.

-Oh... -murmuró la ojiverde, cruzando los brazos-. ¿Y tú sí? Porque si mal no recuerdo, tú tampoco te diste cuenta que él sólo se estaba burlando de ti. Que sólo quería lastimarte por ser un marica. Sí, me enteré de todo. De que estás mal por él, que le quieres y que le besaste, pero déjame decirte que no me puede importar menos –gruñó, clavando su mirada en la de Malik, quien trataba de ocultar su dolor-. Liam te odia, siempre lo hizo. Le das asco, pero yo no y ahora él está conmigo. Una chica, no un hombre como tú. Estás mal de la cabeza, eres un desviado, deberías simplemente irte a otro lugar con tu mariconería. Entiende que no todos son unos chupapollas como tú.

Stand Up // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora