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No dejes que te afecte.

Se repitió por millonésima vez el moreno mientras se restregaba los ojos, picándole las lágrimas, pero no iba a llorar, no después de todas las lecciones que su padre le había dado de pequeño.

-Llorar es de nenas, Zayn. Si quieres ser un macho, date a respetar y demuestra que eres más fuerte que esto –lo reprendió el hombre, acusándolo con su dedo índice. El niño de cabello azabache sorbió por su nariz llena de mocos y asintió mirando sus manos entrelazadas-. Ahora ve y lávate la cara, no quiero saber que has vuelto a llorar más nunca en tu vida. ¿Entendido?

Obviamente, la orden que le había dado su padre fue desobedecida muchas veces, lo cual trajo consigo unos no-muy-buenos ratos para el moreno.

Le había dolido, y no pudo evitarlo. Las palabras de Liam lo habían lastimado.

-Hey –murmuró el rizado a sus espaldas, irrumpiendo en la cocina. Malik pasó las manos por sus ojos y volteó, regalándole una sonrisa derrotada-. ¿Todo bien?

-Sí, sí. Ya iba saliendo para allá –su voz salió más rota de lo que hubiera deseado. Harry hizo una mueca con su boca y lo miró con preocupación. Sabía que su amigo era muy sensible, más aún cuando una persona que le agradaba se alejaba de él. Zayn podía dar una imagen de macho alfa pero con tan sólo sentarte e intercambiar unas cuantas palabras con él, descubrirías que era todo lo contrario.

-¿Qué te ha dicho? –Preguntó el ojiesmeralda.

-Uhm... Que no pudo venir porque tenía un compromiso –mintió. Harry entornó los ojos y lo miró incrédulo.

-¿Y por eso estás a punto de desparramarte en el piso a llorar? –Lo miró, acercándose un paso a él. Zayn se encogió de hombros-. O no me digas que ese "compromiso" es que su mascota ha muerto y te ha contagiado su tristeza –ironizó.

-Sí, ha sido muy triste –respondió cabizbajo, con una apenas visible sonrisa en su rostro. Harry suspiró y los ojos de Malik se posaron en los dos orbes verdes que lo miraban con escepticismo.

-Bueno, ya me contarás luego. ¿Aún quieres hacer algo?

-Claro, ya están aquí –dijo suspirando y caminó hacia la puerta, al lado de su amigo quien lo miró con comprensión. Harry lo conocía, tanto como Niall, y temía que lo que el moreno le contara en algún momento, le dieran ganas e ir a romperle las bolas a Liam.

Eran pasadas las siete de la noche y el ánimo de Zayn logró ser elevado por sus amigos, quienes se rehusaban a dejar la casa, sabiendo de sobra que para el día siguiente tendrían que ir a la universidad. Aburrido.

Kathryn hizo acto de presencia una hora después de que los chicos comenzaran una extendida ronda de videojuegos. Se sorprendió con la visita de un nuevo amigo en su casa, Louis le cayó muy bien, pero fue más incómodo para la castaña el enterarse que era familiar cercano del chico culpable de su mal de amores.

Todo el tiempo pasado y aún no podría decidir si seguir con su extraño-enamoramiento-a-primera-vista de Liam, u odiarlo porque afirmó a su hermano el desinterés que tuvo hacia ella la noche en que se conocieron.

-No quisiera irme pero... -habló Louis luego de terminar el último pedazo de pizza que quedaba en sus manos-. Bah, ¿tienes algún problema con que me quede unos minutos más?

-No Louis, no tengo ningún problema –aseguró Zayn, sonriendo. A decir verdad, le gustaba la compañía de sus amigos y Louis.

-Bueno, pero nosotros si tenemos que largarnos –se puso de pie Harry, mirando directamente a Zayn-. Mañana me tendrás que contar, sí o sí. ¿Entendido?

Stand Up // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora