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-Bien, cariño. Cuéntame de ti, ¿qué estás estudiando? –Preguntó la pelimarrón mientras veía a Liam frente a frente en el comedor. Se le hacía un muchacho lindo y para nunca haberlo visto merodear por su casa o entre las amistades de Zayn, estaba comenzando a creer que quizás no se trataba sólo de "un amigo de la universidad".

-Uhm, derecho –afirmó el castaño. Habían terminado de almorzar hacía minutos, pero decidieron quedarse a bajar la comida, sentados en el comedor mientras Trisha decidía mirarlo acosadoramente.

Se dio cuenta que aquello, tal vez, era de familia.

-¡Qué maravilla! –Exclamó-. Nosotros siempre quisimos que Zayn estudiase algo por el estilo, pero no quiso –se encogió de hombros, sonriente. Zayn bufó.

-No me gusta, no puedo hacer nada –se quejó. Mientras su madre parecía interrogar a Liam, él decidió que mejor sería jugar con una servilleta, y eso fue exactamente lo que hizo en los últimos minutos, mientras notaba como su madre lograba incomodar al castaño con su ansiosa mirada-. Mejor vamos a mi cuarto, Li –lo llamó.

Los dos pares de ojos se posaron de inmediato sobre él. Liam interrogante, mientras que Trisha veía a su hijo con reproche.

-¡Nada de eso! Estoy hablando con Liam. Quiero saber con quién se está relacionando mi hijo -sonrió ampliamente, desviando la mirada de su hijo avergonzado, al castaño frente a ella, inmutable-. ¿Y cómo te va en los estudios?

-No me gustan mucho, para ser sincero –restó importancia Liam-. Pero no puedo evitar ser bueno en ellos.

-¡Eso es excelente! Zayn a veces se complica mucho con los números –parloteó la mujer. Liam volteó a ver al moreno, éste sólo suspiró y agachó la cabeza hasta apoyarla en sus manos, buscando una posición más cómoda-. Seguro tú debes saber mucho de números.

-Un poco –admitió, desganado.

-¿Ya podemos irnos? –Preguntó el pelinegro mirando a su madre, enseguida negó con la cabeza.

-Estoy tanteando el terreno, quizás Liam podría ayudarte con tus clases –le aclaró la pelimarrón, Liam quiso reír ante el gesto que le dirigió el moreno a su madre, pero no hizo más que una graciosa mueca hacia los ojos de los demás.

-No me considero un buen tutor –le dijo Liam, luego de unos segundos. Trisha exhaló un suspiro triste a la vez que Zayn rodaba la silla y se ponía de pie.

-Tampoco tienes que serlo. Vamos –le pidió al castaño, quien no dudó en levantarse y caminar detrás del pelinegro-. ¿Qué quieres hacer?

Liam se encogió de hombros, aún sabiendo que Malik no podría verlo. Lo siguió escaleras arriba, pero el sonido de la puerta abriéndose y trancándose lo hizo voltear a mirar. Una mojada y castaña chica sacudía su paraguas empapado en la entrada de la casa, Liam sintió una molestia en la boca del estómago al verla, pero esta incrementó al momento que los ojos verdes de la castañita se posaron en los suyos.

Liam enseguida notó como la piel dorada cambió a pálida, y sintió pena.

-¿Qué haces tú aquí? –La voz que provino detrás de Liam, lo hizo voltear su cabeza levemente. Zayn se hallaba unos escalones más arriba que él y sus brazos reposaban cruzados encima de su pecho-. ¿No se supone que tienes que estar trabajando?

-¿Y a ti qué te pasa? –Respondió la castaña, Liam la miró de nuevo, parecía haber recuperado su color. Su ceño estaba levemente fruncido, mirando a la persona detrás de él-. Si estás de mal humor, ve a pagarla con otra persona.

-Vamos Liam –gruñó el moreno, volviendo a retomar su camino mientras el castaño, confundido, lo seguía hacia arriba. Entraron en la habitación y Liam notó la mala cara que ahora, tenía Zayn.

Stand Up // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora