Miguel Capítulo 29

3 2 0
                                    

El Martes comenzó, Miguel y Claudia seguían en shock, por mucho que intentaron dormir a los dos se les hizo imposible, cerraban los ojos y las imágenes de lo que acababan de vivir se repetían en su memoria, si Miguel se dejaba llevar por el sueño comenzaba a imaginar que no estaba junto a él Claudia, que se la habían llevado y por mucho que la abrazaba dejaba de sentirlo y el miedo a perderla se apoderaba de él. Claudia por su parte solo cerraba los ojos pero no conseguía dejarse llevar por el sueño, fue una noche eterna para los dos, cuando sonó la alarma a las 8:00 se alegraron mucho de que esa eterna noche por fin acabase. Esa mañana Claudia no salió a desayunar, prefirió esperar a que Miguel le trajese comida, un poco por miedo y un poco por protegerse a sí misma de lo que le pueda volver a hacer ese señor, a los dos les daba miedo el director y desde ese día más.

- Toma. - Le dijo Rodolfo ofreciéndole un bocadillo a Miguel una vez entró esté en la cafetería.

- ¿Que por qué? - Contestó él con miedo, completamente descuadrado.

- Bueno, veo que Claudia no está por aquí, eso quiere decir que se ha quedado en la habitación tras el susto de ayer y eso también quiere decir que buscarás algo para alimentarla así que toma.

- Gracias. - Contestó Miguel cogiendo el bocadillo con miedo.

- No me las des y deja de llevarle tanta chocolatina, que no creo que sea bueno, yo me encargaré de que se alimente bien ya que está aquí.

- No, no entiendo porque, porque no está enfadado, estamos en alerta covid y he metido a alguien del exterior. - Intentó explicar Miguel con el miedo apoderándose de su cuerpo.

- Bueno, sí debería enfadarme y sí debería haberla echado, haberos puesto en cuarentena o haber seguido cualquier medida, pero todos hemos sido jóvenes y no hay ningún infectado, entonces, supongo que puedo hacer la vista gorda.

- Gracias entonces.

- Sácala a que le dé el aire de vez en cuando por favor, pero no como anoche, tiene un color de piel horrible, se nota que lleva una semana sin salir.

- Ella siempre ha sido muy pálida.

- Sí, pero no tanto, de verdad, déjala salir.

- Está bien y gracias de nuevo.

- Está tarde le llevaré comida, algo sano no tanta chocolatina.

Miguel se despidió de su director un tanto extrañado por la situación y volvió a clase, no le explicó nada a nadie de lo vivido, así se lo había prometido a Claudia, quizás era una buena idea explicarlo pero no iba a romper su promesa, quizás lo descubrirán al leer el diario pero era un riesgo por el que había que pasar, todo por no romper su promesa. Ya se le ocurriría que explicar si preguntasen o explicaría la verdad.

Tras la hora de comer salió con Claudia a dar un paseo para que le diese el aire un poco, como su director le había pedido, la llevó al viñedo, poca gente les vería por ahí y ella iba a poder tomar el aire.

- Es todo muy raro pero al menos tengo una excusa para tomar el aire. - Explicó Claudia paseando entre los viñedos.

- ¿Tenías ganas de tomar el aire?

- Muchas, me encanta estar en la calle en primavera sobre todo.

- Me lo podrías haber dicho antes, habríamos intentado salir.

- Me daba miedo que nos pillasen, pero ahora que parece que por alguna extraña razón tú director está de nuestro lado pues aprovechémonos.

- Pues sí.

- ¿Por qué tiene un viñedo tan grande tu instituto?

- Para los del grado de enología, también hay una sala de catas.

40TenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora