Miguel Capítulo 24

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Ese domingo por la noche tocaba la lluvia de ideas para preparar el plan, Miguel estuvo organizando las ideas que había apuntado en su cuaderno estos días para dejarlo todo perfecto, tenía pensado como entrar por la ventana sin causar sospechas, como entrar desde el baño, como esquivar la sala de jefatura de estudios, como abrir una caja fuerte en caso de que la hubiese, como romper cristales sin armar mucho jaleo, como buscar cremalleras escondidas en el papel pintado de la pared…El restó de la mañana se la pasó haciendo deberes y hablando con Claudia.
Eran las 14:00 cuando África llegó a su habitación en busca de ayuda para su cita con Robin, el amor le nublaba la mente y no la dejaba vestirse.
- Madre mía esto parece una leonera. - Dijo el mientras entraba a la habitación.
- Ayudame porfavor estoy desesperada, no se que ponerme y solo quedan dos horas. - Suplicó ella.
- Vale relájate, hay tiempo de sobra.
- Quiero causar buena impresión sin pasarme y a la vez ser sexi sin ser muy provocativa y no tengo nada de eso.
- Permíteme discrepar, si lo tienes solo hay que saber buscar y que suerte para tí que tienes un amigo estilista que se ha criado con tropecientas hermanas.
- ¿Al final vas a estudiar estilismo?
- Si, o diseño de moda, todavía no se el qué pero algo relacionado con la moda, esté igual es nuestro último curso juntos.
- Ya lo sé, no me lo recuerdes.
Los dos amigos se pusieron melancólicos al recordar lo poco que les quedaba juntos y las pocas ganas de que ese momento llegase, seguirán siendo amigos claro, pero verse todos los días se iba a convertir en un imposible que ninguno quería.
- Bueno a lo que estábamos, mi cita con Robin. - Comentó África sacándolos de ese momento melancólico que no querían.
- Cierto, haber dame un momento.
Miguel comenzó a rebuscar entre toda la ropa tirada buscando algo perfecto para su amiga.
- El top azul con la falda de tubo negra yo creo que sí.
- No, las faldas de tubo son horribles para caminar.
- Hay chica ni que fueseis a hacer senderismo.
- Vale, la falda sí, pero el top no, es muy provocativo.
- Sor África, es un top de tirantes básico, he visto tu armario, esto no es nada, no me vengas de santa ahora.
- Es que no lo termino de ver, y la falda mejor la blanca, que es igual que esa.
- Vale pues algo que combine con blanco, ¿la camiseta negra transparente?
- Ala sí transparencias ni de coña, es una primera cita.
- Con una persona que te ha visto todos los días de lunes a viernes seis horas seguidas desde septiembre.
- Sí pero no me apetece ir muy provocativa.
- Vale pues vamos a pedirle ropa a la madre de Ainara porque está claro que aquí no lo vamos a encontrar.
- Oye que el top de anoche no era provocativo.
- Cierto, ponte ese.
- No que está sucio.
- Vale pues el top tipo pañuelo de mariposas moradas.
- No que no combinan los tonos de blanco del top y la falda.
- Está bien, tengo una idea, voy a armar una propuesta te lo pruebas y entonces y solo entonces opinas, que la ropa puesta se ve mejor. - Dijo Miguel armándose de paciencia.
- Está bien.
Miguel rebuscó un poco entre la ropa, cogió un par de prendas, se las dió y salió fuera mientras su amiga se cambiaba.
- Ya está. - Gritó África desde el otro lado, Miguel entró en la habitación.
- ¿Y?
- Me gusta. - Contestó ella mientras se miraba en el espejo, llevaba una camisa blanca con transparencias con un chaleco vaquero corto de dos tonos de azul encima y la falda de tubo blanca. - Es lo que estaba buscando, ves como no toda mi ropa es provocativa.
- Cierto, de zapatos ponte los botines blancos.
- ¿Y qué hacemos con el pelo?
- Yo lo dejaría así.
- ¿Seguro? Es que parece que hay un montón de pelo por delante.
- Deja que te improvise un recogido.
Miguel le soltó las trenzas a África que ya comenzaban a deshacerse, le peinó un poco el pelo y le hizo dos trenzas a los costados que recogió atrás en una coleta, dejando un par de mechones sueltos alante.
- ¿Qué tal ahora?
- Sí, me encanta.
- Genial, pues solo queda maquillaje, siéntate en la silla ahora a la que quite la ropa y te hago algo rápido.
África obedeció a su amigo y cuando éste apartó la ropa ella se sentó.
- ¿Sabes que hice anoche? - Preguntó él mientras comenzaba a maquillarla.
- Nop.
- Cuando te dejé con tú príncipe rana me costó dormirme y me puse a hablar con Claudia y acabamos haciendo sexting.
- Uuuu.
- Pensé que si en algún momento lo hacía me iba a sentir muy incomodo pero para nada fue todo muy fluido.
- Ya suele pasar, o eso dicen, yo nunca he echo, el hecho de enviar fotos ya me quita todo el morbo.
- Nosotros no nos enviamos fotos, solo hablábamos, creo que por eso se me hizo más fácil porque si lo de enviar fotos da miedo.
- Y el no saber dónde acabarán.
- Ya la verdad, no creo que llegue a enviar nudes núnca a no ser que tenga una confianza extrema con la otra persona.
- Me pasa.
- A nosotros nos sirvió para conocernos más, el cómo somos cada uno en la cama, osea ya nos conocíamos en ese momento pero el hecho de solo poder hablar creo que hace que nos podamos conocer mucho más.
- Si seguro, al final lo que hace que conozcas a tú pareja sexual es la comunicación y lo vuestro fue todo comunicación.
- Sip, por cierto ¿qué tal te fue con Diego?
- Muy bien, arreglamos las cosas, me dijo que es verdad que se arrepintió y le creí y me acabó haciendo dedos.
- Joder con el historiador este.
- Él quería follar e hizo que yo también quisiese pero a la vez quería mantenerme fuerte porque todavía es pronto, solo hace una semana que volvió a hablarme y ya hemos discutido dos veces.
- Ya, te entiendo, pero lo hiciste muy bien, que te de placer solo a tí para compensar lo mal que te lo ha hecho pasar.
- Ufff entonces para eso tendría que pasarme 3 horas sentada en su cara.
- ¿Solo? - Los dos amigos estallaron en carcajadas. - Bueno esto ya está. África se miró en el espejo, llevaba los labios marrones y en los ojos un degradado de azules con un eyeliner blanco y una perla en el lagrimal.
- Me encanta, jo Miqui eres el mejor. - Dijo ella y de seguido se abrazaron.
- Va a salir todo bien y ¿Sabes por qué?
- ¿Por? - Preguntó ella soltándose de los brazos de su amigo.
- Porque son las 14:14, hora espejo o la hora del amor.
- ¿Enserio te crees esas cosas?
- Pues si escéptica de mierda, que sepas que antes de comenzar con Claudia no dejaba de ver esta hora por todas partes, ¿a que hora te has despertado?
- 13:13 creo
- Otra hora espejo, esta dice que estás a punto de avanzar hacia algo mejor y justo después de verla te has ido de la habitación de Diego, ves como llevo razón.
- Estás loco.
- No más que tu cariño, ¿Cuánto queda para tu cita?
- Como 2 horas.
- Genial, recoge, esta habitación me esta comenzando a dar urticaria.
Miguel y África recogieron la ropa tirada por toda la habitación y la dejaron de vuelta en el armario mientras charlaban, la hora de la cita llegó más pronto de lo que se esperaban y África tuvo que irse, Miguel volvió muy contentó a su habitación,él votaba por la redacción de África y Robin como ganadora y todo parecía indicar eso, las miradas, los gestos, el comportamiento de África por un simple outfit. Sus sentimientos por Robin iban a la cabeza en está batalla y Diego no tenía pensado luchar más por ella, no más allá de lo que quería por lo que el claro vencedor sería Robin, estaba claro, África estaba a punto de saborear las mieles de una pareja sana con Robin, no había dudas y cuando África volvió de su cita y se lo contó todo a Miguel fue la definitiva para saber que su apuesta ganaría la batalla por ese loco corazón. Estaban en el pasillo cuando se vieron.
- ¿Que tal como ha ido? - Preguntó él.
- Na, nada importante solo hemos acabado en su habitación follando, cositas. - Contestó ella en tono de burla.
- Cositas eh, por eso sonríes tanto. - Replicó él intentando chincharla.
- Ha estado bien pero ha sido muy rápido, en plan, estábamos hablando de cosas muy aleatorias, me tira un piropo, le tiró otro, nos besamos y pum. Me ha extrañado porque normalmente no suelen ser así mis citas, hay más tonteo.
- Igual ella ya sabía lo que quería de esa cita y no quería darle más vueltas, quería eso y ya.
- Sí puede ser. Acuérdate de lo que pasa está noche tras la cena.
- Recordado está.
Miguel y África se reunieron en el pasillo con los demás y de ahí se fueron a la cena, ese día tocó ensalada con fiambre y nueces, al verlo todos se miraron extrañados pero no dijeron nada, cada día la comida era más escasa y comenzaban a surgir las dudas. Una vez terminaron la cena se fueron a sus habitaciones como dictaban las normas, al llegar, cada uno del grupo se escabulló hasta la habitación de Robin con los pijamas puestos por la escalera de incendios, al estar al final del pasillo era la única con dos ventanas que conectaban con las escaleras de incendios. Una vez llegaron todos y se fueron sentando donde pillaban Robín puso un papel en la pared a modo de pizarra.
- Vale, tenemos que ser muy cautelosos, vamos a robarle el diario a nuestro Director. - Dijo Robin.
- Pero ¿Seguro que creéis que esconde algo? - preguntó Fernando desconcertado.
Todos le miraron y respondieron al unísono:
- Sí.
- Para empezar estamos encerrados por COVID pero no debemos seguir ninguna norma contra el contagio. - Enumeró África.
- La comida es escasa pero se supone que tienen dinero de sobra y los bocatas de la cafetería siguen ahí igual de grandes y siempre hay muchos. - Añadió Miguel.
- Hasta mañana no habrá lavadoras. - Concretó Robin.
- Lo que le pasó hace poco a África cuando fue a su despacho, no se quería encargar de los desperfectos de su propio instituto, aunque fuesen falsos, nadie duerme mucho o sin pesadillas desde que llegamos. - agregó Hugo.
- Por no hablar de que ayer lo comenté con Ainara y las pesadillas son las mismas. - Acompañó Valentín.
- ¿Qué pesadillas tenéis vosotros? - Preguntó África.
- Como de un zombie que aparece en los pasillos del instituto me abraza y me sale una luz muy fuerte del cuerpo desaparezco y me transformo en mis peores recuerdos e incluso los bonitos se vuelven malos. - Contó Ainara.
- Yo también, pero en el mío estoy en casa con mi gato y la casa está destrozada y él lo ve todo y comienza como a llorar, en plan le salen lágrimas de los ojos. - Incluyo África.
- Sí, en las mías los pasillos también están destrozados. - Amplió Ainara.
- Y se escucha el eco de los pasos. - agregó Robin.
- Sí y el abrazo es frío, muy frío, cuando lo siento comienzo a tiritar. - Siguió Ainara.
- A mí me produce dolor y el otro día me desperté con marcas. - Valentín enseña sus brazos llenos de moratones en la zona donde le abraza el zombie del sueño.
- Joder, yo creo que tambien pero no se veía tanto. - Explicó África enseñándolas.
- A mí me resulta perturbador lo que se parece el zombie a Rodolfo. - Comenta Miguel.
- Verdad. - Afirma Valentín.
- Yo creo que también lo he soñado, pero seguro tiene una explicación psicológica. - Comenta Fernando escéptico.
- Mirar todos haber si teneis marcas. - Avisó Hugo ignorando a su novio, todos se miraron incluido Fernando y todos tenían, algunas más definidas que otras pero ahí estaban. La pesadilla no era igual, unas noches les estrangulaba y otras les ahorcaba pero todos la tenían.
- Hay que hacerlo ya, necesitamos ese diario, comencemos a prepararlo. - Dijo Robin convencida. - Yo había pensado en que África lo saqué del despacho con alguna excusa como lo conoce más, pero si no quieres por lo que hizo nada.
- No, tranquila no creo que haga nada. - Comentó ella relajándola.
- Vale, aún así estará Miguel cerca para vigilaros. - Continuó Robin. - Los demás entraríamos al despacho, necesitamos una copia de la llave.
- Yo me encargo. - Dijo Hugo levantando la mano. - Solo necesito un plástico rígido y algo que lo corte.
- Yo te los conseguiré amor. - Contestó Fernando. - Creo que hay algo en mi habitación.
- Vale para ello hay que conseguir la original. - Siguió Robin.
- Pero espera en las pelis usan horquillas y yo tengo ¿No sería mejor? - Preguntó Ainara.
- Yo una vez abrí el candado de mi diario de pequeña con una horquilla, puedo abrir la puerta. - Explicó África.
- No porque tu le tienes que distraer. - Negó Robin.
- Una vez me contó Luna que Rodolfo pasa todas las mañanas en la sala de profesores. - Contó Ainara.
- Tenemos 6 horas todos los días para hacerlo, perfecto. - Celebró Robin.
- Pero no podemos faltar todos a clase, somos 7 se darán cuenta. - Objetó Fernando.
- Los Viernes a primera tenemos optativa, cada uno, una diferente, igual no canta tanto. - Observó Miguel.
- Entonces el Viernes a primera lo intentamos. - Dijo Robin.
- No hemos pensado en toda la gente que trabaja cerca del despacho. - Observó África.
- Ni en la secretaría. - Añadió Ainara.
- Eso da igual, no tiene. - Comentó África.
- No vayamos los 7, con 3 será suficiente. - Apuntó Robin.
- Vamos Ainara, Robin y Yo y que Mguel vigile en el pasillo si os parece. - Dijo África - Sólo sería difícil subir a su despacho porque está la jefatura de estudios al lado de la escalera. Pero suelen tener la puerta cerrada.
- Que pase Miguel primero y mire cómo está la puerta. - observó Robin.
- Y si está abierta entro con alguna excusa y la cierro. - Dijo Miguel.
- Luego subes a vigilarnos el pasillo y listo. - Añadió África.
- Lo único, la sala de actos donde nos dan las charlas está al lado del despacho. - Observó Ainara.
- No creo que den ninguna charla mientras estemos aquí. - Apuntó Robin.
- Mañana le preguntamos a Mafalda, que siempre lo larga todo. - Comentó Valentín.
Pronto todos volvieron a sus habitaciones, el plan ya estaba perfectamente armado, que ganas les entraron a todos de que fuese viernes, al día siguiente Miguel y Valentín se encontraron con Mafalda por los pasillos y la persuadieron un poco para conseguir que les explicase que no había ninguna charla en lo que quedaba de curso, un obstáculo menos.

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