África capítulo 5

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El director llego a la sala común de la residencia a eso de las 22:00, tras acabar el último turno de cenas y comenzó con el reparto de habitaciones, junto a él estaban los que iban a vigilar los pasillos esa noche Mafalda y Diego.

- Y en la planta 3 pasillo 2 tenemos a un lado en el pasillo de las pares a Tomas en la 12, Hugo en la 14, Ainara en la 16 y Miguel en la 18, enfrente de estos jóvenes afortunados.

- Rodolfo cariño por favor esto no es un concurso. – Le replico Mafalda.

- Está bien, Ágata en la 11, Fernando la 13, Valentín la 15 y África en la 17, al fondo Robín en la 20 podéis iros.

- ¿No se supone que el orden no era así? – Preguntó Robin susurrando.

- Según mi padre si, pero bueno, estamos todos en la misma planta. – Respondió Hugo.

Los jóvenes recogieron sus cosas y se dirigieron a la puerta donde les esperaba Diego para darles las llaves, en la llave de África se encontraba una nota pegada.

"Está noche en tu habitación solo tu yo y nuestras palabras, quiero conocer a la joven que no me deja dormir por las noches"

África se sonrió al leerla, miró a Diogo y con una enorme sonrisa en la cara le guiño un ojo.

- Uy nuestro profe y sus notitas de amor. – Le susurro Miguel en tono irónico.

- Lo va ha hacer Miqui, va a demostrarme que me quiere y no solo para follar, tengo que ponerme guapa, ¿Qué me pongo?

- De momento el pijama, se supone que vamos a dormir.

- Ya bueno, eso lo harás tú, yo tengo una cita.

- Suerte pequeña.

Los amigos se despidieron con un abrazo a la entrada de sus respectivas habitaciones, África entró y lo primero que hizo fue quitarse la mascarilla, vio su maleta al fondo sobre su cama, la ventana estaba en la misma pared que la cama, en la pared derecha estaba el armario con un espejo y a la izquierda una mesita de noche y una mesa de estudio con una silla. África dejó su mochila de clase sobre la silla y fue rápido a abrir su maleta, comenzó a colocar las cosas por la habitación, dejó los libros sobre la mesita de noche y las cosas de baño cerca de la puerta, la ropa la organizó en el armario y los cajones, una vez estaba todo listo abrió las puertas del armario y buscó la mejor ropa para su cita, pero sin llamar la atención, necesitaba encargarse de algo antes.

Optó por su pantalón ancho, largo y azul lleno de dibujos de señales de tráfico, una camiseta marrón corta de tirantes y unas zapatillas de estar por casa negras, dejó una nota sobre su cama y se fue, llamó a la puerta de una de las habitaciones y entre susurros dijo:

- Aini cariño soy yo África, ábreme porfa.

Ainara abrió la puerta, África entro sigilosamente y rápidamente cerraron la puerta, las dos se sentaron sobre la cama. Ainara llevaba el pelo suelto, una camiseta de manga corta con dos angelitos y un pantalón de pijama marrón.

- ¿Todo bien África?

- Si, yo sí, pero tú, por algo has preguntado eso esta tarde y luego le has sonreído a Valentín, tú a mi no me engañas pequeña.

- Puede que nos hayamos casi besado.

- ¿Cómo que casi?

- Me acompaño a mi casa antes de que nos encerrasen en nuestras casa por la cuarentena y en la puerta nos despedimos con un abrazo, le di un beso en la mejilla y cuando fui a acercarme a su boca apareció mi madre y tuve que separarme corriendo de él.

- ¿Te dijo algo tu madre?

- No, no se dio cuenta, pero ya sabes como es, nada de besos hasta el día de la boda y yo no se ni si me quiero casar.

40TenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora