Ese primer fin de semana encerrados tenía un poco de vida alejada del encierro ya que era el cumpleaños de Hugo, Fernando quería celebrarlo y a Ainara no le parecía tan mala idea, quizás no era la mejor del mundo pero para olvidarse un rato de lo que estaban viviendo podría ayudar mucho.
Ainara se pasó todo el día encerrada en su habitación escribiendo y tirando mil y un planes para poder seguir con Valentín, solo se le ocurría uno y era mantenerlo en secreto, era el plan que menos quería, ahora que le había conseguido después de tanto tiempo que lo último que quería era no poder contárselo a nadie. No sabía nada de sus padres desde la llamada que terminó con un móvil roto. Su hermano tampoco se había puesto en contacto con ella.
Al cabo de 5 horas decidió parar para desconectar en la comida, fue África la que la cogió por banda en los pasillos.
– Ainara cariño, no hemos hablado mucho desde que tu madre se enteró ¿Cómo estás? – Le preguntó tras abrazarla.
– Bueno, intentamos hablar con ella, que conociese a Valen, para saber si algo cambiaba pero le reventó el móvil a mi padre y no he vuelto a saber nada.
– Jo, si que es estricta. ¿Y tú qué quieres conseguir?
– Terminar con ésto y salir de aquí junto a Valen.
– Ya normal, pero debes ser realista, con la madre que tienes es lo más difícil, quizás lo mejor sea disfrutar del momento y lo otro dejar que llegue solo, bueno solo no porque con tú madre... Pero me refiero que no hundas todas tus fuerzas en eso, que no sabemos cuando vamos a salir y tenemos que intentar ser lo más valientes posible y sacar buenos momentos, no centrarnos solo en lo malo o arreglar lo malo. ¿Me entiendes?
– Si, creo que sí, te refieres a que reparta momentos de disfrutar con mi novio y momentos de intentar cambiar a mi madre.
– Sí, algo así.
Ainara se quedó pensativa, quizás África llevaba razón y ese día le había dedicado mucho tiempo y fuerzas a su madre y muy poco a su novio, pero ¿Como iba a compaginarlo? todavía no sabía nada de ella desde la última llamada, tampoco había conseguido avances en su plan, ni siquiera tenía plan, solo mil y una hojas rotas, quizás unas horas más para su plan no serían nada malo y menos cuando durante la comida se le encendió la bombilla. Volvió corriendo a su habitación casi sin despedirse de sus amigos ni de su novio y comenzó a trazar otro plan.
Su padre y su hermano, se lo había dicho Valentín el otro día, ya se los había ganado, quizás era por ahí por donde había que atacar y ellos que estaban más cerca de su madre podrían convencerla, claro, no podía ser tan difícil, solo que ninguno de los dos teléfonos daba señal, llamó a cada uno 5 veces seguidas y nada, les escribió un mensaje y abatida se tiró sobre la cama hasta que se dio cuenta de la hora, las siete de la tarde, la fiesta de Hugo, casi se le olvida.
Comenzó a prepararse con el vestido que tanto le costó conseguir y tanto odiaba su madre ya que tenía un ligerísimo escote. Hera un vestido azul hasta la rodilla, de manga corta y un escote tan ligero que ni la clavícula se llegaba a apreciar, se puso sus botas altas blancas y se recogió el pelo en una coleta baja con un lazo rosa. Gracias a su hermano había conseguido esconder y conservar el vestido intacto de las garras de su madre. Juntos una tarde que estaban solos en casa construyeron un falso suelo en el armario de Ainara, con un tutorial de YouTube.
Eran las 19:40 cuando Valentín llegó a la habitación de su chica, a ellos les tocaba recoger la cena. Sobre las 20:00 lo tenían todo listo y fueron a la habitación de Miguel, lugar donde daría lugar la fiesta.
- Vale, al ser sábado podemos pedir la cena a las habitaciones, así que tadam, hamburguesas para todos, las dejo en la mesa. - Informó Ainara al entrar en la habitación con la bandeja hasta arriba de hamburguesas envueltas en papel plata con el nombre de cada uno escrito encima. Junto a ella llegaba Valentín que cargaba con una botella de Coca-Cola la cual había conseguido el día anterior de una manera no muy ética de la cocina del instituto, vestía con una falda escocesa morada agarrada con un cinturón de cadenas, una camisa azul de estilo victoriano, una pajarita blanca y unos mocasines negros, llevaba su blanca melena rizada y recogida en una coleta, con dos mechones sueltos por delante.
ESTÁS LEYENDO
40Tena
Teen FictionMayo 2020 la pandemia del coronavirus comienza a estar más tranquila, a esté grupo de jóvenes de entre 15-16 años les dejan/hacen volver a clase. Lo que parece una vuelta al cole normal se convierte en un encierro en el cole ya que un nuevo brote de...