Miguel Capítulo 21

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Era un Lunes 18 de Mayo cuando el ajetreo de mochilas, desayunos y niños despertó a Miguel, ese día el volvía a clase y sus padres al trabajo después de estar semanas encerrados en casa, a sus hermanos les tocaba irse a casa de la abuela toda la mañana y los más pequeños, Kevin y Luis no lo estaban llevando nada bien, entre gritos y llantos el pequeño Luis de 6 años, piel morena, ojos azules y pelo castaño, se terminaba el yogurt mientras Kevin de 8 años, con rasgos muy similares a los de su hermano, se desataba los cordones una y otra vez. Al escuchar ésto Miguel pensó que era el mejor momento para levantarse y echar una mano, y eso hizo, con el pijama aún puesto salió de su habitación que conectaba con el salón y se asomó a la cocina americana.

- Miguel hijo dime que no vas en pijama, que bastante lío tengo con tus hermanos. - Le suplicó su madre al verlo, su madre acababa de cumplir los 40 y aún conservaba su melena lisa y rubia intacta de canas, su piel era como la de sus hijos más pequeños, también compartían los ojos azules.

- Tranquila mamá que tengo tiempo, he venido a echarte una mano con estás pequeñas fieras. ¿Y papá? - Contestó tras darle un beso en la frente.

- Hoy tenía que entrar antes por una reunión.

- Y ¿Dalia, Oihane y Yolanda? - Preguntó Miguel refiriéndose a sus otras hermanas.

- Se me ha olvidado despertarlas, ha sido tan difícil despertar a estos dos que ya he pasado un poco de vosotros.

- Vale no te preocupes me encargo yo.

- ¿Quién me ha lanzado una zapatilla? - Preguntó desde el pasillo Yolanda, la hermana de 14 años, piel morena, ojos azules y pelo negro rizado, con la zapatilla de Kevin en la mano.

- Bueno una menos quedan dos. - Le dijo Miguel a su madre. - Buenos días hermanita, siempre tienes un humor tan gratificante cuando te levantas, el dueño de la zapatilla es Kevin, si no te importa puedes buscar las zapatillas que le cuesta quitarse, yo voy a despertar a Oihane y Dalia.

- Sí claro ahora mismo, en el baño de la lavadora estaban ¿verdad? - Contestó ella.

- Sip donde siempre. - Respondió Miguel y acto seguido entró en la habitación de Oihane la hermana de 12 años, piel morena, una corta melena rubia y lisa y a diferencia de sus hermanos ella había sacado los ojos marrones de su padre.

Oihane también estaba despierta, su habitación daba a un minúsculo balcón rodeado de paredes al cual le colgaron un columpio hacía unos años donde en esa ajetreada mañana se encontraba sentada Oihane, con la puerta cerrada para que entrase el menor ruido posible. Al verla Miguel entró al balcón dejando la puerta abierta.

- Buenos días enana, has pensado ya en salir de tu cueva y prepararte para ir a clase. - Saludó Miguel a su hermana.

- Miguel por favor cierra la puerta ya sabes que me agobian los gritos. - Le pidió su hermana.

- Princesita somos 6 hermanos en está casa, será mejor que te vayas acostumbrando a los gritos, venga vístete y te saco una foto.

- ¿Con la polaroid roja? - El pasatiempo favorito de Oihane era la fotografía, sobre todo que le hiciesen fotos, consiguió que le regalasen una polaroid de su color favorito por su comunión, las paredes rojas de su cuarto estaban hasta arriba de fotos echas por ella.

- Mejor con la verde, así resalta entre las paredes de tu rojo cuarto.

- Ni siquiera tenemos una verde.

- Solo tenemos la roja porque eres la única que la usa, venga sal ya.

- Está bien. - Renegó ella mientras se arrastraba a por algo de ropa, Miguel salió de la habitación de Oihane para cruzar el pasillo, girar a la izquierda y adentrarse en la de Dalia.

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