¿Me enamore de una Kaiju? °Ken Sato × Oc-female°

Capitulo 1 -parte 3-

•Narra Ken Sato•

Estaba saltando la cuerda, concentrado, cuando escuché a mi padre volver a llamarme desde la sala, gruñi por el echo de no poder entrenar en paz y me encamine hacia donde estaba ellos.

Al llegar ví como ella comía alegre una gran porción de sushi.

—¿Que es exactamente lo que quieres mostrarme?— pregunté desconcertado por la imagen frente a mi.

—Mira esto— lanzó un pedazo de sushi al aire, ella, usando su cola, hizo un movimiento rápido, rebotando el sushi en esta y llevándoselo a la boca, me quedé un tanto asombrado.

—Y hay más— dijo feliz señalando un par de rompecabezas que ella había armado, uno de 500 piezas en solo 3 minutos y otro de 2300 en 5.

—Debo admitir que es increíble, ¿ella ya se estabilizó?— le pregunte a papá sin dejar de mirarla.

—La herida de su pierna se está sanando bien, tiene un metabolismo bastante rápido, sanará en uno o dos dias— me contestó dandole otra pieza de sushi.

—Ella tiene mucha hambre— mencionó pasándome la bandeja vacía donde antes estaba el sushi.

—¿Y porque me das esto?— le pregunto confundido.

—¿Podrias buscarle más, aún tiene hambre?

—A claro porque resulta que ahora soy moso...ya voy— rendido en dirección a la cocina suspiré.

Una vez alli, llene la bandeja con otra orden de sushi que había en la nevera, aproveche para tomar mi botella de agua también.

—Aqui tienes papá— le dije, pasándole la bandeja.

—Gracias Kenji— agradeció, antes de seguir alimentandola.

—Mina, podrías preparar la bañera, ella enserio lo necesita— hasta ahora no lo había notado, pero ella se veía muy desalineada, su pelo todo enredado, su cara sucia, incluso su cola, puse una mueca de asco al concentrarme en el olor y ella lo notó, mirandome mal, me tape la nariz.

No porque olieran muy mal, sino, porque disfrutaba en cierta parte molestarla.

Luego de un par de minutos ella estaba bañandose.

—Hijo, haz me un favor y llévale está ropa, para que esté más cómoda— entregandome un suéter y unos pants grises me pidió, alcé una ceja al notarlos extrañamente familiares.

—No me digas que tomaste parte de mi ropa— estaba un tanto enojado.

—Pues es la única que a ella le quedaría y además ya no la usas, me aseguré de eso— me contestó mientras se retiraba sonriente.

Solo suspiré cansado y me diriji al baño para pasarle la ropa a través de la puerta, toque está y ella se asomo parcialmente, solo podía ver su cara mojada y limpia, me quede quieto por unos segundos observandola.

Su piel tenía pequeñas escamas rosas y azules que, al darle la luz, brillaban, sali de mi mundo cuando sentí como ella tomaba la ropa y se metía nuevamente al baño, cerrando la puerta en el proceso.

—Maldicion, ¿que fue eso Ken?— me cuestioné a mí mismo, empezando a caminar hacia la sala.

Al pasar de unos minutos, ella llego a dónde estábamos, no podía negar que le quedaba bien la ropa, lo que si me daba risa y ternura, era que su barriga se ajustaba totalmente a los pants, se notaba el desarrollo de la crías, una sonrisa de ternura se instaló en mi rostro y mi padre pareció notarlo.