Ella estaba acostada en la cama que antes era el nido anteriormente preparado para sus bebés, Ken se encargó de quitar todo lo que iba destinado para ellos, que ya no utilizarían, y así poder donarlo a personas que si.Junto a su padre el cuál estaba entrando las cosas en la parte de atrás de su auto, se le dijo a Mina que la observara atenta y que les informará en caso de que despertara.
Cada que Ken empacaba más y más cosas, más pensaba en como se sentía ella, su pesar, lo difícil que será para ella sobrellevar algo como esto y no solo para ella, sino para todos, porque, después de todo el tiempo pasado, no la dejaría sola, menos en un momento así, su padre lo notó y le dió una mirada cansada pero sincera.
—Llevemos esto al centro de caridad y volvamos, podemos preparar todo para cuando despierte— Ken asintio, mientras continuaba empacando.
No eran demasiadas cajas, pero cada una de ellas contenía algo que, sin duda, era o podría ser un doloroso recuerdo de lo que paso, no tener esas cosas por la casa y el cuarto era lo mejor.
En lo que continuaban empacado, Mina le alertó a Ken que ella había despertado, él tomo su muleta y se acercó a la cama donde estaba ella tan rápido como podía.
—H-Hey hola— intento poner un tono sereno mientras se sentaba a su lado, pero se notaba a kilómetros el miedo que sentía, temía que la reacción que tuvo antes se repitiera.
Cuando despertó, no entro en si misma justo en el momento, se quedó como perdida, miro el cuarto con inocencia y confusión, no noto nada de las cosas para sus bebés allí, lo que la extraño, cuando vio la ultima caja se negó a dejar que el padre de Ken se la llevara.
—Linda...se que es difícil, pero...ya no las necesitas, se las daremos a alguien que si— intentaba convencerla de soltar la caja de ropa para bebé a la que se aferraba con fuerza. Ella negó con la cabeza, mientras abrazaba la caja.
—Escucha, se que duele, pero...mientras más te aferres, más te dolerá— decía Ken a medida que se le acerca para quitarle la caja.
—Solo queremos ayudarte, ¿Si?—. Ella miró a Ken y luego a su padre, suspirando en derrota, metió la mano a la caja y saco un zapatito blanco.
—¿Te quedarás con el?-— pregunto el Sr.Sato.
Ella, asintió con nostalgia volviendo a la cama, miro como se llevaban la caja y luego a Ken, en la mirada de la chica no se podía ver una pisca de vida o brillo, solo tristeza y melancolía, estaba apagada, el desgane y cansancio por llorar se le notaban.
Al observar mejor a Ken notó tanto su cansancio como su preocupación por ella, soltó un sollozo y Ken extendió los brazos, sin dudarlo lo abrazo, y empezó a llorar, ocultando su cara en su cuello y apretando su camiseta, el también solto algunas lágrimas, no podía decir nada, solo estar para ella, su padre, que entro en el cuarto al terminar con las cajas, se acercó a ellos y se unió al abrazo.
—Ellos...¿Porque aún siento que están conmigo?— pregunto ella, (¿Hablo?) se preguntó Ken, pero intentando consolarla contestó.
—Es normal, te los arrebataron de un momento para otro, incluso, para mí es raro verte sin tu panzota— decía mientras frotaba su espalda suavemente y apoyaba su mentón sobre la cabeza de ella.
—Se que...ni tu, ni nosotros estamos bien, pero creeme que siempre hay un arcoíris luego de la tormenta— dijo Ken sosteniendo en sus manos la cara de la chica. —Yo más que nadie lo se—
Mientras que con sus pulgares le limpiaba las lágrimas, ella puso sus manos sobre las de él aún llorando, la escena conmovió a su padre, cuando ella lo miró, hipando e intentando no soltar moco, el asintió, mientras soltaba un suspiro.
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¿Me enamore de una Kaiju? °Ken Sato × Oc-female°
أدب الهواةTras la muerte del Dr.Onda, Kenji continuaba con su vida "normalmente" Equilibrando sus deberes como Ultraman y jugador de los Gigants, eso era lo que creía, hasta que en medio de un ataque a la ciudad, le pareció ver algo fuera de este mundo, un cr...