¿Que se supone que estaba haciendo? ?Cómo es que termino en esa situación? No lo sabía, lo único que si sabía, era que quería continuar y nada lo podía detener en este punto.
-Umi, ¿Estás segura que quieres que haga esto?- pregunto Ken, aún dudoso de sus acciones venideras.
Ella asiente, se acerca a el y con dulzura y deseo lo besa, Ken nunca había sentido esa clase de amor y placer al besar a alguien en el pasado. Aceptando el beso.
Sus manos fueron directo a las caderas de la chica, sosteniendola cerca, permitiéndole sentir su cuerpo que estaba al desnudo en aquel cuarto. Olía a ella, un olor que desde el momento en que se cerró la puerta no dejaba de cautivarlo e invitarlo a unirse en su búsqueda de placer.
Continuaron con el beso, está vez el bajo sus manos hacia el nacimiento de su cola, empezando a acariciar esta, aquello hizo estremecer a Umi, la cual soltó un leve gemido en los labios de Ken, el entendió aquella reacción y buscando provocarla de mejor manera, movió su mano aún más cerca de su glúteo.
Umi suelta otro gemido, está vez separándose a pocos centímetros de Ken, en sus miradas cruzadas podía verse la necesidad de unión que nacía en ambos. Ken undio su nariz en el cuello de Umi y la olió con deseo, estaba volviéndose loco con aquel aroma y el bulto creciente en sus mantalones, confirmaba aquello.
—Tu cola está húmeda— dijo el entre suspiros.
—No es lo único que lo esta— respondio ella jadeante.
Ken perdido en el deseo, empezó a deslizar su mano por su muslo, fué hasta su trasero y lo acarició, Umi tembló, nunca había sentido esa clase de sensación antes, se aferró a Ken en un intento de no caer, puesto que sus piernas temblaban.
El la sostuvo con fuerza, dejándole saber que estaba a salvo con él, la levantó y recostó en la cama, se colocó sobre ella y el calor que los carcomía se hacía más insoportable con el pasar del tiempo, Umi vió en su rostro aquella desesperación y comprendió que debía hacer.
Se acercó a la oreja de Ken y casi con un gemido le dijo
—Cierra con seguro la puerta~
Ken, como si fuera un mandato, corrió hasta la puerta y se encargó de ponerle el seguro, luego, algo más hizo click en su cabeza, fue hasta su armario, y de una de sus maletas saco una caja de condones, los puso sobre su mesita de noche, al lado de la cama.
Umi, que ahora estaba sentada, lo miró extrañada. Sin embargo, rápido se olvidó del objeto y se centró en Ken.
No pensó más y jaló a Ken hacia ella con su cola, quedando Umi sentada y él, parado frente a ella. Ken tragó saliva, mirándola, expectante de cuál sería su siguiente movimiento.
Umi, se puso de rodillas, quedando a la misma altura de Ken, volvió a besarlo y con sus manos, empezó a acariciar su espalda, suavemente con sus uñas, lo que hizo temblar al pelinegro, que con manos temblorosas la tomo por la parte de atras de su cabeza, intensificando el beso, la falta de aire fue lo único que les obligo a separarse de aquella muestra de amor y lujuria.
Umi se separó aún más de Ken, su cola estaba empezando a juguetear con las piernas del chico, enrollandose entre ellas y rozando de manera suave y erótica donde estaba su miembro, Ken suspiraba ante cada roce, y Umi con sus manos, empezaba a quitar el sueter blanco que la limitaba de ver aquel cuerpo que tanto anhelaba presenciar.
Cuando se desocupó del suéter, se quedó unos momentos admirando el cuerpo de Ken, ella suspiró y mordió su labio inferior, para luego mirarlo, él sonrió con egosentrismo, amaba que ella lo mirase así, más que lo considerara sexy.
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¿Me enamore de una Kaiju? °Ken Sato × Oc-female°
Fiksi PenggemarTras la muerte del Dr.Onda, Kenji continuaba con su vida "normalmente" Equilibrando sus deberes como Ultraman y jugador de los Gigants, eso era lo que creía, hasta que en medio de un ataque a la ciudad, le pareció ver algo fuera de este mundo, un cr...