CAPITULO 46

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Lali
La verdad es que no podía estar enojada con él. Nunca le pedí que me acompañara porque sabía que estaba empezando a trabajar. La verdad es que lo había extrañado en todos los sentidos.

Nos levantamos después de ese encuentro mañanero y empezamos a preparar un brunch para comer juntos, sabiendo que debíamos aclarar las cosas entre nosotros.

No estuvo bien lo que hice, me comporté horrible. Ni siquiera te acompañé. No soy así - le decía Peter.

Yo te necesité mucho. Cuando nos enteramos lo de tu abuela, estuve contigo. En cambio, yo me sentí sola. No solo por eso, sino también porque no respondías a mis mensajes ni a mis llamadas. Lo único que veo por todas partes es que estás saliendo con tu compañera de trabajo. ¿Cómo quieres que me sienta con todo eso? Necesito que seas completamente sincero. ¿Quieres seguir conmigo?-  cuestionaba Lali.

Yo sí quiero seguir. Estoy enamoradísimo de ti. Me estaba volviendo loco al no tenerte conmigo. Perdóname - decía Peter, abrazándola por atrás.

En ese momento, escucharon la puerta.

Tía, has vuelto. Mamá me dijo que tu abuelita se fue. Lo siento mucho - dijo abrazando a Lali.

Oh, mi amorcito. ¡Gracias!  respondió -  Lali con lágrimas en los ojos.

Vine a acomodarte un poco las cosas. No sabía que ya estabas aquí y tú, Peter, puedes ir a cambiarte -  dijo mirándolo mal a Peter, quien se fue a cambiar.

No le avisé a nadie, amiga. Necesitaba estar sola. ¿Cómo están ustedes? ¿Y mi ahijada? -  preguntaba Lali.

Tu ahijada se quedó con su papá y sus hermanos. Yo vine a regar las plantas y acomodarte unas cosas. Dime, ¿qué hace él aquí? - le preguntaba seriamente Euge a Lali.

 Nada, se quedó en la habitación de huéspedes. Está todo bien, Euge. Quizás fui sensible también. Además, todas esas noticias son mentira - respondía Lali.

Tía, ¿quieres que vengamos a hacerte compañía con Magno? -  le preguntaba Rufii.

Escucha, cariño, no me siento con ánimos para tener visita, pero en cuanto mejore, haremos una pijamada las tres -  finalizaba Lali.

Ve a buscar a Peter, Rufii -  le pedía Euge.

¿Está en tu habitación, tía?  - preguntaba Lali.

No, cariño, está en la otra habitación - respondía Lali.

Lali, ¿todo volvió a la normalidad? -  preguntaba Euge.

Sí, amiga, todo está bien. Ya hablamos y él me pidió disculpas - decía Lali.

Peter apareció con Rufii a upa .

¿Por qué no vamos a tomar mate en la placita que está cerca? - sugería Lali.

Euge, perdona todo. Sé que eres la única que me banca - decía Peter.

Por que le estas pidiendo perdon a mi mamá tío? - le preguntaba Rufii 

Mi amor a veces los grandes nos equivocamos, me voy a cambiar y vamos a tomar mates y a jugar a la plaza - le decía Peter , bajándola al piso y salió rápidamente a su  casa a  cambiarse.

Lali

Peter regresó y salimos los cuatro caminando hacia la plazita. La gente que los reconocía les pedía fotos a Euge y a Peter, mientras Rufii y yo íbamos más adelante, tomadas  de la mano. Cuando llegamos, nos sentamos en el pasto para tomar mates, mientras Rufii siempre buscaba a alguno de los tres para que la hamaquemos o para subirnos a algún juego con ella.

Después, Peter y Rufii jugaron a atraparse mutuamente, corriendo por todos lados. Luego quedaron exhaustos, tendidos en el pasto haciéndose cosquillas.

En cuanto a la parte en la que Peter pidió disculpas a Euge, sabemos cómo es la situación. Cuando salieron todas esas noticias y Euge se enojó con él por no acompañar a Lali, y en cambio dejarla sola cuando más lo necesitaba, Euge fue hasta la casa de los padres de Peter porque sabía que estaría allí. Lo increpó, lo insultó y le gritó. Fue en ese momento cuando los demás habitantes de la casa se enteraron de la situación.

Cuando veía a Peter y Rufii jugar juntos, me imaginaba cómo sería tener una hija con él. Muchas veces se me venían imágenes a la cabeza. Pero ahora volvamos a la realidad, Mariana, por favor, todavia no pasa eso, estamos bastante lejos de eso. 

Peter

Estábamos en la plaza jugando con Rufii, tomando mates y comiendo las cosas que habíamos comprado a los vendedores ambulantes. Alrededor de las 7 de la tarde, decidimos regresar a casa. Opté por ir a mi departamento y comencé a idear planes para sorprender a Lali, ya que había pasado mucho tiempo desde que habíamos podido estar a solas.

Después de que ella regresó a casa, se me ocurrió que se avecinaba un fin de semana largo. Le dije que no hiciera planes, ya que íbamos a escaparnos juntos. Así que, la noche del jueves, partimos hacia Cariló para levantarnos temprano el viernes y aprovechar el día al máximo. Al llegar, descargamos todos los bolsos y la comida que habíamos traído desde casa para evitar tener que salir a comprar continuamente.

Durante el fin de semana, paseamos juntos, disfrutamos de la playa y compartimos momentos especiales. De regreso a Buenos Aires el domingo, mientras íbamos por la ruta, Lali se entusiasmó de repente. Tuvimos que parar en un camino rural para satisfacer su deseo. La tomé con un brazo y la hice sentar sobre mí, desabroché mi pantalón con una sola mano y, repentinamente, ya no lo tenía puesto. Alejé el asiento del volante y, al parecer, ella había planeado todo, pues me entregó un preservativo para que me lo pusiera. Al hacerlo, se subió sobre mí y comenzó a moverse, mientras no dejaba de besarme. Una vez más, todo volvía a la normalidad y éramos los mismos de siempre, descubriendo nuevas experiencias juntos.

Lali 

Durante el fin de semana largo, decidimos escaparnos solos a Cariló. Salimos el jueves por la noche y llegamos muy cansados, así que nos acostamos directamente a dormir. El viernes, no nos levantamos temprano, simplemente terminamos de acomodarnos y salimos a pasear. Luego regresamos, disfrutamos juntos, fuimos a una playa secreta donde no había nadie más, estuvimos un rato y luego regresamos.

El domingo, salimos por la tarde y sentí una emoción intensa. Mientras él manejaba por la ruta, teníamos unas tres horas de viaje hasta Buenos Aires. Sin que se diera cuenta, logré quitarme los pantalones vaqueros y lo estimulé tanto con mis palabras al oído que se vio obligado a desviarse hacia un camino rural. No sé cómo lo hizo, pero con una sola mano me levantó y rápidamente me tenía sobre él, compartiendo un momento íntimo lleno de pasión, deseo y adrenalina, que alguien nos vea.

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A LOS LECTORES QUE LEEN LES AGRADEZCO DE CORAZÓN

OJALÁ LA DISFRUTEN TANTO COMO YO 

EL RECUERDO DE .... SEGUNDA PARTE DE UN SUEÑO HECHO REALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora