Extra

421 63 5
                                    

Cinco años habían pasado desde que Steve volvió con Tony, aun tenía las gemas en su poder, le devolvió la gema a Strange pero luego se la quitó por un desacuerdo, lo tuvo congelado en el tiempo colgado en la pared por dos semanas, ya que su hijo Peter comenzaba a enfermarse, maldito hechicero ¿como se había atrevido a tocar a su bebé? es cierto que en parte le estaba agradecido pero solo por eso no dejaba de odiarlo, ahora tenía que soportarlo porque resultaba que el maguito era parte de la familia, como lo odiaba.

— Rogers deja de poner esa cara, estas en la boda de tu hijo. —Mencionó Tony.

— Es que Peter aun no debe casarse, aun es un bebé.

— ¿Es enserio? —Tony lo vio entrecerrando los ojos.— Tiene 22 años, ¡oh! y también una marca, y un cachorro en su vientre.

— Strange es muy mayor para Él.

— Oye, si hablamos de edad tu le llevas como dos siglos a Tony.

— Cierra la boca Barton, nadie está hablando contigo. —Contestó Steve.— Si sigues así te mandaré a poner orden en latinoamerica.

— ¿Ah? Pero si Pietro y yo nos encargamos de Europa.

Clint solo observó la mirada de Steve, luego susurró un "Esta bien me callo" no quería tener que hacerse cargo de los latinos, pensaron que Asia sería la parte más difícil de conquistar pero según Wanda y Visión había sido fácil, Europa también se había doblegado, Australia, ahí vivían Thor y Loki así que estaba bajo su dominio desde antes, África dependía totalmente de Wakanda, todos ellos le rendían cuenta al presidente de Estados Unidos osea a Steve, los latinos eran otro caso, siempre se formaban algunos grupos opositores, Natasha y Bruce tenían un gran trabajo, Clint soltó una risita al escuchar la queja de Steve cuando el cura indicó que la pareja podía besarse.

— Al fin viene lo mejor. —Dijo Clint una vez terminó la ceremonia, ahora irían al salón.

Peter y Strange bailaban en el centro de la pista el omega aspiraba relajado el aroma de su alfa, por un tiempo pensó que las cosas con Beck funcionarían, pero no fue así, el beta lo dejó después de aquel suceso.

Años antes.

Habían pasado dos semanas desde el cumpleaños número 3 de los gemelos menores, Peter había viajado a Londres junto con Beck, tuvieron una lucha con un pequeño grupo de rebeldes, el omega fue expuesto a una toxina, no se dio cuenta de las consecuencias hasta horas después mientras iban en el auto, sintió un tirón en su vientre y luego el calor invadir su cuerpo.

— Beck...

— ¿Qué sucede? —El beta lo volteó a ver, Peter estaba sudando y sus mejillas estaban rojas.— ¿Te sientes...

— Mi celo... Llevame a una de las casas de...

Antes de que Peter terminara de hablar una de las llantas del auto se desprendió provocando que girara y luego se estrellaran contra un poste.

— Peter... —Beck volteó a ver al omega ambos tenían heridas.

— A-ayúdame a salir...

Beck salió primero para después ayudar al menor, este solo jadeo al sentir el contacto su cuerpo estaba sensible, solo caminaron un poco cuando alguien alejó al beta.

— ¡Beck! —Peter volteó a ver a su acompañante quien estaba en el suelo, luego un conocido aroma invadió sus fosas nasales.— No...

— ¡Alejate! —Exclamó Beck disparandole a aquel alfa, pero este ni se inmutó.

— Nos volvemos a ver, babyboy.

— Alejate Wade... —Dijo Peter dando unos pasos hacia atrás.

— Estas en celo... —Murmuró el alfa.— Es obra del destino, ¿lo ves babyboy? Estamos destinados a estar juntos, siempre me lamenté por no haberte marcado... Debí hacerlo cuando hicimos el amor... —Peter solo soltó un quejido después de tropezar y caer sentado.— Solo yo puedo calmar tu celo.

Una pizca de maldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora