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Industrias Stark, Steve observó el edificio, Morgan salió primero del auto, el rubio solo la siguió, al entrar al edificio los empleados se quedaron en silencio lo que le pareció extraño, pero aún así solo siguió a su hija a quien no le parecía importarle, miedo, lástima, eran algunas cosas que pudo notar, las puertas del ascensor se cerraron.

— ¿Crees que a papá le agrade vernos?

— Seguro que sí. —Contestó Steve sonriendo.

Cuando las puertas se abrieron Morgan salió casi corriendo, Steve la siguió, la niña fue la primera en entrar a la oficina, ambos se quedaron en silencio al ver al castaño.

— Steve... —Tony apartó las manos de su asistente quien en ese momento masajeaba sus hombros, su corbata estaba desatada, tres botones de su camisa desabrochado.

— Lo siento... —Pronunció Steve y salió de la oficina.

— ¡Mierda! —Tony volteó a ver a Morgan.

— No la culpes a ella. —Dijo Pepper.

Tony no respondió solo salió trás Steve, quién ya había entrado al ascensor, el rubio tenía muchas dudas y su mente ya empezaba a crear historias, la señorita Potts era alfa, cuando entró a la oficina pudo sentir la mezcla de aromas, además... su hija, Morgan olía diferente a Peter y Harley, no era su hija, trató de alejar aquella sensación, el Tony que él conoció era pareja de Virginia, así que no tenía porque sentirse así, apretó la mandíbula, en eso el ascensor se detuvo y empezó a subir, presionó los botones pero no funcionó, era de esperarse después de todo el edificio le pertenecía a Tony.

Las puertas se abrieron, Tony entró sin decir palabras, mientras el ascensor se cerraba y permanecía inmóvil, ambos se vieron a los ojos.

— Sea lo que sea, que estés pensando, olvídalo...

— ¿Desde cuándo? —Preguntó Steve sin poder evitarlo, el silencio de Tony y el hecho que ahora evitaba mirarlo a los ojos le molestó.— ¿Sabes que? No importa, si eres feliz con ella...

— Yo solo soy feliz contigo... —Pronunció Tony, mirando al fin los ojos azules.

— ¿Entonces, porque? —Steve se arrepintió al instante de la pregunta, él no tenía porque reclamarle a Tony, no pertenecía aquí, no era el esposo del genio, solo estaba ocupando su lugar, al no tener respuesta dio un suspiro cansado.— Morgan es su hija, ¿cierto?

— Sí, pero solo fue esa vez...  Las circunstancias... “Tu ya no estabas”—Tony se mordió los labios nervioso volviendo a evitar mirarlo.— Lo siento...

— ¿Ella lo sabe?

— Sí... —El rubio se quedó callado.— Steve... —Tony lo abrazó escondiendo su rostro en su pecho, percibiendo su aroma.— No me dejes... “Otra vez no ” Yo no podré seguir adelante sin ti... por favor...

Steve sintió una gran angustia, no estaba seguro si pertenecía a él o al castaño, de lo único que estaba seguro es que quería abrazarlo, no volver a abandonarlo y mucho menos verlo llorar, así que lo hizo, lo abrazó y besó su cabello.

— No lo haré, no voy a abandonarte Tony, pero tienes que alejarte de ella...

— Lo haré, te lo prometo. —Tony sonrió triunfal aún escondiendo su rostro en el pecho del rubio, luego lo miró a los ojos.

— Te veo en la casa... —Pronunció Steve acariciando las mejillas de Tony y dándole un beso en la frente.

— Esta bien... No te preocupes por Morgan yo la llevaré, le gusta estar en la oficina.

— Bien... —Steve no pudo evitar su molestia.

— Hey, te amo. —Tony acarició la mejilla de Steve.— Para mí, no hay alfa más que tú, eres mi vida Steve, si tú no estás conmigo prefiero mo...

Una pizca de maldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora