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El rubio observó los diferentes autos, pensando en cual sería el adecuado para llevar a sus tres hijos, el par de adolescentes se acercaron a un Audi e-tron GT color negro.

— No llevaré a Morgan en eso. —Mencionó Steve cruzado de brazos.— Nos iremos en aquel auto. —Señaló una mini ban color gris.

— ¿Que? ¡No! —Exclamaron los adolescentes.

— Prefieren ese. —Señaló un Volskwagen.

— Mejor la miniban. —Contestó Peter.

— Mi popularidad va a bajar... —Murmuró Harley.— ¿Porqué mejor no dejas a Morgan y nos llevamos otro auto?

— ¿Porqué mejor no te vas en autobús o en el metro? —Preguntó Morgan colocando sus manos en su cintura.

— Estas loca enana.

— ¡Pops! —Se quejó la niña.

— Harley, ¿quieres que tu castigo aumente?

— Lo siento... —Harley sacó una sudadera de su mochila y se la puso, también una gorra y lentes oscuros, se subió en el lado del copiloto y lanzó la mochila hacia atrás golpeando a Peter.— Ups perdón.

— ¡Harley! ¿Y porqué usas eso?

— Porque no quiero que alguien me reconozca, cuando baje de esta cosa.

— No hay duda que eres hijo de Tony... —Murmuró Steve y se subió al auto, Morgan iba junto con Peter.

— ¡Morgan no toques mis cosas! —Exclamó Harley al ver que la menor abrió su mochila.

Media hora después estaban atrapados en el tráfico enmedio de la ciudad, Steve volteó a ver a sus hijos por el retrovisor, aún le costaba creer que tenía una familia.

— Harley ¿porque mejor no te quitas la sudadera? Te ves incómodo.

— ¿Y arriesgarme a que me reconozcan? Por supuesto que no pops.

— Eres un exagerado, yo también bajaré del auto...

— Sí, pero te bajarás media hora después de mí.

— Esto es aburrido. —Se quejó Morgan.— ¿Pops porque no pasas sobre los autos?

— Yo puedo columpiarme hasta la escuela.

— Papá dijo que no Spiderman por dos semanas. —Mencionó Harley, luego volteó a ver su reloj.— ¡Mierda, llegaremos tarde!

— ¡Harley! Cuida tu lenguaje.

— Mierda. —Repitió Morgan.

— Tu castigo aumenta a dos semanas. —Dijo Steve viendo a Harley con seriedad.

— Pero pops, solo fue una palabra.

— Tres semanas más. —Mencionó el rubio, Peter solo se rió.

— Cierra la boca Pet. —Luego volteó a ver a su padre.— pops... —Señaló hacia la ventana.

— ¡Morgan! —Steve vio sorprendido a su hija estaba parada afuera del auto, usaba un guante de metal, salió rápidamente levantando el brazo de la niña sin lastimarla una pobre ave cayó al suelo calcinada, Steve cargó a Morgan en sus brazos y entró junto con ella al auto.— ¿Porqué hiciste eso?

— Solo quería despejar el camino...

— Eso no esta bien alguien podría salir herido. —Mencionó Steve.

— Iba a dispararle a los autos no a las personas.

— Morgan, hay personas en los autos. —Mencionó Peter.

Una pizca de maldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora