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A pesar de qué Bruce le había recomendado que permaneciera en la torre, Tony había ido a la oficina, ya no tenía a Pepper cerca, así que debía encargarse de todo, además ya no habría dosis de extremis hasta después del embarazo.

— Tony. —El genio se sobresaltó cuando la puerta se abrió con brusquedad.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó soltando un gruñido.

— Escuché que Steve te dejó. —Mencionó la Alfa, Tony no respondió ella se acercó a él pero cuanto intentó abrazarlo el genio se levantó y se alejó.— Hueles diferente.

— ¿Qué quiere señorita Potts? Ya le pagué su liquidación que mas...

— Estas embarazado. —Interrumpió ella.— Creí que ya no podías...

— Steve es mi destinado, ¿qué esperabas?

— ¿Y aún así te dejó? —Ella se acercó al omega.— Era de esperarse Tony, el capitán jamás te entenderá, él no va a apoyarte en tu nueva vida, yo podría...

— No. —Interrumpió Tony.— Recuerda que si estaba contigo era para sobrevivir, ya no te necesito....

— ¿Aunque Steve te haya dejado? Él no volverá, ¿o es que acaso piensas traer a otro? Porque tener dos Steven en el mismo lugar podría ser arriesgado, además que también podría dejarte porque la perfecta moralidad del Capitán siempre le impedirá apoyarte.

— ¿Terminaste? —Preguntó Tony viéndola con el seño fruncido.— Si no tienes más que decir, vete. Tu aroma es detestable.

— Bien, pero te aviso que iré a visitar a mi hija.

— ¡Alejate de ella!

— También es mi hija Anthony y pienso recuperar su confianza.

El genio soltó un gruñido y vio a la mujer salir de la oficina, volvió a sentarse al sentir un leve dolor en su abdomen, dio un suspiro tratando de mantenerse tranquilo, pero había algo que anhelaba y era el aroma de Steve, ya no era suficiente solo con el aroma en las prendas.

— ¿Señor, está bien? —Uno de los empleados había entrado a la oficina, era un alfa.— Disculpeme por entrar así es que sentí su aroma y pensé que podría nece...

— Lárgate. —Ordenó el genio.

El alfa salio rápidamente mientras Tony se colocó la armadura y salió por una ventana, el lo observó desde otro ventanal, sonrió para después hacer una llamada.

Horas más tarde Fury estaba reunido con el coronel, Scott y Sam, había nueva información para planear un ataque.

— Entonces, Tony está embarazado... —Murmuró el coronel.

— Es nuestra oportunidad... —Mencionó Sam.— Recuerdo que para su último embarazo tuvo que esconderse porque se complicó, si no hubiera sido por Thor y Loki que vinieron esos meses, habríamos derrotado a todos los aliados de Stark.

— Por eso está vez idearemos un plan. —Mencionó Fury.— Entre los aliados más peligrosos de Stark, está Wanda, quien ahora gobierna Sokovia, así que atacaremos la ciudad y el capitán encabezará el ataque.

— Un minuto, ¿le diremos a él, que Tony está embarazado? —Preguntó Scott.

— Por supuesto que no. —Contestó Fury.

— Saber que Tony va a tener un cachorro, podría provocar que el capitán se vaya a su lado. —Comentó Rodhes.— Es lo que cualquier Alfa haría.

— He escuchado de alfas que terminan incluso matando a sus propios cachorros. —Dijo Sam.— Aunque Steve no es de esos, siempre hará lo correcto, así que ¿porqué no le decimos? El podría convencer a Stark de entregarse y...

Una pizca de maldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora