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Dos semanas pasaron desde lo sucedido con Peter, el menor decidió volver a clases, ya se estaba acostumbrando al aroma de alfas, sus amigos lo iban a visitar y Michelle le ayudaba con eso, no todos los alfas eran amenaza, al principio era difícil, ya que su sentido arácnido se activaba por instinto, al sentir un alfa cerca.

— ¿Listo para esto? —Preguntó Harley una vez estaban en la puerta del Instituto.

— Listo. —Contestó Peter.

Ambos entraron, al principio fue incómodo tantos aromas mezclados,  después de todo eran adolescentes, para los adultos era más fácil controlar su aroma, por eso en la torre no tenía tantos problemas, bueno además la mayoría de empleados eran betas y nadie subía a los pisos superiores.

— ¡Peter! —Harry se acercó a saludarlo cuando estaban cerca de los casilleros.

— Yo también estoy aquí. —Pronunció Harley.

— Sí y te veo todos los días. —Contestó viendo al rubio.— ¿Y cómo te sientes? —Preguntó sonriendole a Peter.

—Muy bien Harry, gracias... ¿y Eddie?

— No se sentía bien hoy, al parecer algo le hizo daño.

— ¿Porqué me miras a mí? —Cuestionó Harley.

— No lo se, talves porque ayer le reclamaste a Eddie por acercarse a mi.

— No le reclamé, sólo le dije que mantuviera su distancia, porque tú eres mío.

— Yo no soy tuyo, si mal no recuerdo dijiste que no te interesaban los omegas y que no ibas a ceder al destino. —Dijo dándose la vuelta.— Nos vemos luego Peter.

— ¡Harry espera! Ya te pedí perdón por eso, amor... —Harley caminó detrás del omega.

— Y ahí va el que dijo, que se quedaría todo el día conmigo. —Murmuró Peter.

— Asi es el amor. —Comentó Ned acercándose a Peter.

— Te abandonó a los pocos metros. —Agregó Michelle que venía al lado de Ned.

— No importa. —Pronunció Peter.— Debe conquistar a Harry. —Los tres caminaron hacia el salón mientras charlaban, pero las risas cesaron cuando Eugene Thompson apareció frente a ellos.

— Peter... —Murmuró el alfa, Michelle se colocó entre ellos.— Escuchame yo de verdad lo... —No terminó de hablar ya que recibió un fuerte golpe en su rostro de parte de Peter.

— No vuelvas a hablarme, Flash, cuando pedí tu ayuda me ignoraste y huiste como un cobarde.

— De verdad lo lamento yo...

— ¿No escuchaste? Será mejor que no te acerques o terminarás igual que Brad y sus amigos... podría agregar tus colmillos a mi colección. —Peter le mostró aquel collar de donde colgaban los cuatro colmillos, Tony se los había obsequiado. —El Alfa retrocedió y luego se fue corriendo.

— ¿De verdad son los colmillos de Brad? —Preguntó Ned.

— Faltan dos. —Pronunció MJ.

— Si, lastimosamente la persona que se deshizo de ellos, se quedó con los de ese idiota.

Los chicos siguieron caminando hacia el salón de clases, el día continuó normal, nadie se atrevió a preguntar nada, los alfas principalmente eran los que se mantenían alejados de Peter, al terminar las clases los chicos se fueron en la motocicleta, ya por la noche Peter se encontraba en la azotea observando la ciudad, hasta que sintió un aroma conocido.

Una pizca de maldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora