MANTENTE LEJOS DE MI

CAPÍTULO 4

Suena el despertador y me levanto casi de inmediato. Nunca me ha costado levantarme temprano, al contrario, lo amo, me hace sentir que el día rinde más.

Sacudo mi cara con mis manos y estiro mi mano hacia la mesa de noche a lado de mi cama donde deje cargando el móvil.

14 mensajes de Julia <3

Mi corazón se hunde ante la realización de extrañarla tanto. Llevo catorce dias aquí y ya siento un vacío sin ella como si llevaramos años separadas.

Julia es mi mejor amiga desde que tenemos 9 años. Nos conocimos en el salón de clases el primer día. Ella se sentó a mi lado y de pronto estiro su mano dejando un tipo postal en mi pupitre. La levanté extrañada y vi que era una invitación a su cumpleaños número 9 ese fin de semana en su casa. Me gire hacia donde estaba ella y me sonrió con esa sonrisa tan amplia y grande que la caracteriza, fue como un clic.

Como esos que se dan en las novelas románticas donde se ven y saben que son el uno para el otro, pues así fue con Julia, pero no en el lado romántico sino en uno más importante, en la amistad.

Desde ese día éramos inseparables. Cuando aún mi vida era algo normal, dormíamos una en casa de la otra, mis padres la amaban y los suyos a mí.

Somos totalmente diferentes, somos en Ying y el Yang. Ella es mucho más bajita que yo, cabello negro, tez morena, curvas bastante pronunciadas, experta en los deportes de todo tipo, extravagante y huye de las confrontaciones a toda costa.

Cuando me fui, ella fue la única que sabía por qué. Es la única que conoce toda mi vida y la vivió conmigo por lo que estuvo más que de acuerdo en que me mudara. Eso no evitó que doliera como la mierda separarnos y que yo tenga este impulso de volver solo por tenerla a ella cerca.

"¿Qué tal te fue en tu primer día?"

"¿Ya hiciste más amigas por las que me vas a cambiar?"

"No olvides mandarme fotografías de todos los niños ricos y sexys que haya por allá."

"Vino Susan a mi casa, hablo con mis padres de varias estupideces justificándose. Obviamente nadie le creyó ni una palabra."

"¿Debo anunciar que te fuiste? Aquí todos preguntan por ti. Incluido Sean..."

"¡¡¡Contéstame perra!!!!"

Esos eran los mensajes más relevantes que me envió.

Me tensé de inmediato al leer el nombre de mi madre. No quería que interfiriera en mi nueva vida. Aparto cualquier pensamiento desagradable que mi cabeza comienza a formular. No permitiré que arruine ni un instante más de mis días.

Le doy un resumen de mi semana en una nota de voz de casi 20 minutos. – Tendrá con que entretenerse. – Le digo cuanto la extraño y prometo verla pronto.

Cierro la conversación y dejo el celular sobre la cama mientras me visto para el colegio con unos pantalones cortos color negro, una blusa de tirantes roja que se adhiere a mi cintura. Converse negros y chamarra de mezclilla.

Peino mi cabello con los dedos dándole forma y salgo de mi habitación.

Hoy será un buen día.

...

– ¿Quién carajo inventó el álgebra? – pregunto exasperada para mi misma en voz alta, poniendo mi cabeza sobre mis manos. – Maldito seas quien sea que invento esa mierda, ojalá te estes retorciendo en el infierno. – Exclamo aún con la cara en mis manos.

– Wow, espero contemples estudiar drama. – Dice la voz a lado de mí que ya reconozco a la perfección y que me martilla el cerebro haciendo que me arrepienta de haberlo mirado sin su permiso aquel primer día. Aunque llevo una semana de clases, después del primer día y nuestra declaración de guerra, no he vuelto a cruzar palabra con él, me esfuerzo en evitarlo a toda costa cuando los chicos se acercan a Clara y a mí en los recesos y en nuestra clase compartida he decidido hacer como que no existe.