CAPÍTULO 12

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La risa explosiva de varias personas me obligó a abrir los ojos. Me tomó unos segundos recordar donde estaba. Miré a mi alrededor y reconocí la sala del apartamento de los chicos. Damian ya no se encontraba recostado en mi regazo como lo estaba antes de quedarme dormida y yo estaba recostada en el sillón más grande cubierta por una manta gris hasta la cintura. Froté mis ojos con mis manos y me asomé por encima del respaldo del sofá hacia la cocina, donde se escuchaba el alboroto.

Ahí estaban, mis tres chicos malos y Clara sentados en la barra hablando de algo que al parecer les hacía mucha gracia mientras comían. Guardé esa imagen de mis cuatro personas especiales en mi vida como una de mis favoritas en mi memoria.

– ¡La bella durmiente acaba de despertar! – gritó Darren con sus manos levantadas en el aire una vez que me nota observándolos. Todos se giran en mi dirección como si fuera un pequeño cachorro que acaban de encontrar.

– Te dije que no estaba muerta. Solo estaba muy cansada. – Dijo Tonny dándole un ligero golpe en la nuca a Will.

– ¿Pensaron que estaba muerta y decidieron comer tranquilamente? – pregunté alzando una ceja mientras me unía a ellos con los brazos cruzados.

– Will pensó que estabas muerta. Yo pensé que estabas en un estado de coma y que necesitarías otro beso de Damian para volver. – Dijo Tonny encogiendo los hombros.

Las risas cesaron y el silencio se hundió en la cocina. Todos tenían expresión de asombro y a Will se le escurrió por la comisura de sus labios el agua que había bebido.

– ¿Otro beso? ¿Cómo que otro beso? – Dijo Clara con un tono de voz muy elevado que me hizo

– ¿Emma y Damian? – preguntaron Will y Clara al unísono. Mi amiga más alterada que Will claramente.

Excelente, ahora tendría que explicarle la situación a una Clara histérica que tiene a su alcance un cuchillo.

Terrorífico.

Volteé a ver a Darren pidiéndole ayuda con la mirada. Este al entender lo que estaba pidiéndole achicó los ojos y me mostró una de sus más grandes sonrisas maliciosas. Se inclinó hacia delante recargando los codos en la barra.

– ¿No vas a contarles de tu beso con Damian a nuestros amigos, Em?

Se estaba vengando por lo de las donas.

Rodé los ojos y le mostré el dedo de en medio. Tomé aire para sopesar como decir y explicar lo sucedido.

– Damian y yo nos hemos besado en un momento de debilidad ¿está bien? – dije levantando las manos y dejándolas caer a modo de rendición. – Nos dejamos llevar por la tensión de todo lo sucedido. Fue solo una vez y fue un beso inocente. – mentí.

– ¿Solo una vez? – escuché a Damian detrás de mí. Cerré los ojos con fuerza y tensé mis hombros sabiendo que nos delataría – Vaya, los golpes en la cabeza deben haberme afectadomas de lo que creí por que, si mal no recuerdo, han sido tres veces y no ha habido nada de inocencia en ellos. – dijo acercándose a donde estábamos. Llevaba cabello mojado por su reciente ducha, unos pantalones de algodón, holgados y el torso desnudo, dejando ver sus muy marcados oblicuos y sus brazos tatuados.

Me gire en su dirección con los ojos muy abiertos y la boca en una perfecta O. Me sonrió y me guiñó un ojo pasando a mi lado. Al darme media vuelta la escena que tenía en frente era digna de fotografía. Todos – incluyendo a Darren que hace unos segundos tenía esa sonrisa maliciosa en el rostro – tenían expresión de intriga mientras me miraban fijamente.

Ya no podía hacer nada, tendría que explicarles lo que ocurría entre Damian y yo. Solo esperaba que no sobre pensaran la situación.

Como yo lo hacía todos los días.

MANTENTE LEJOS DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora