CAPÍTULO 14

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Al salir del colegio apresuré mis pasos hacia el estacionamiento, lo que menos quería era toparme con Damian o con alguno de los chicos y que intentaran boicotear mi cita con Charles. Aunque realmente no era una cita sino un café como amigos.

Al parecer la suerte no estaba de mi lado hoy ya que en cuanto pisé el estacionamiento me encontré con un Damian recargado en la puerta de su todo terreno con un cigarrillo entre sus labios, que me fulminaba con la mirada,

– Will me comentó que Damian está histérico desde que dimos la noticia de tu cita con mi hermano. – susurro Clara a mi lado apareciendo como por arte de magia.

– Ni lo menciones. Hicimos un numerito fuera de la cafetería y ahora todos piensan que nos hemos acostado.

– Vaya, que rápido escaló todo esto.

– Dímelo a mí. – tomé aire – Sigamos con esto hasta que Damian se dé por vencido y todo vuelva a ser como al principio.

Clara estudió la figura de Damian a lo lejos con los labios contraídos y negó un par de veces.

– No creo que eso pase, Em. Damian no dejará las cosas así tan fáciles. Nunca lo había visto así por alguien, siempre tuvo claro que te quería a su lado. No conoces lo decidido que puede llegar a ser.

– Ya veremos. Él tampoco me conoce.

Clara señalo con el mentón hacia las canchas de futbol con los ojos entrecerrados por el sol.

– Ahí viene mi hermanito.

Charles se dirigía a nosotras con esa sonrisa de comercial. Llevaba puesto el uniforme de futbol americano lo cual me hizo soltar una carcajada muy sonora que el me devolvió una vez que llegó a nosotras.

– Tenía que asegurarme que no te arrepentirías de esta cita – dijo Charles levantando una ceja y extendiendo los brazos para abrazarme.

– Hola, hermanito. Yo también te quiero y te he echado de menos. – gruñó Clara en tono sarcástico, cruzada de brazos.

– Hola enana – Charles la estrujo entre sus brazos y al bajarla le revolvió el cabello como si fuera un perrito.

– Charles, no sé qué te traes entre manos, pero te lo diré de una vez. – Clara levantó su ya conocido índice amenazante y lo estampó en el hombro de su hermano – Esta chica que ves aquí se ha convertido en mi mejor amiga. Si llegas a hacerle daño o a querer jugar con sus sentimientos aprovechándote de este estúpido plan, no me va a importar que seas mi único hermano, iré a tu habitación por la noche y te cortaré tus asquerosas bolas mientras duermes y haré que las comas en el desayuno ¿entendiste?

¿Ven? Clara es mala y tiene pensamientos muy retorcidos.

La amo.

Charles abrió los ojos como platos y levantó las manos en señal de paz. Yo no pude aguantar la risa burbujeante en mi pecho ver a mi amiga decir esas cosas tan seria y determinada.

– Todo saldrá bien enana. Em, solo es una buena amiga que necesitaba un plan de escape. Créeme, nunca podría estar con ella.

Mi ego se retorció con sus palabras.

– Pues, más te vale – volvió a amenazar con el índice terrorífico – Ahora, váyanse que la mirada de los chicos está a punto de quemarnos vivos. – Charles y yo nos giramos hacia donde Clara dirigía su sonrisa y era cierto. Tres chicos increíblemente altos y corpulentos nos miraban como si quisieran matarnos. Pero había uno en especial, uno de ojos amarillentos y postura amenazante como si estuviera a punto de correr hacia mí y evitar que me fuera con Charles.

MANTENTE LEJOS DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora